El impacto oculto de la psoriasis: más allá de una enfermedad en la piel

El impacto oculto de la psoriasis: más allá de una enfermedad en la piel

    Aunque la psoriasis es una enfermedad cuya principal manifestación se da en la piel, va mucho más allá. Este es un padecimiento crónico inflamatorio, no contagioso, que puede empezar a cualquier edad y que afecta a millones de personas en todo el mundo.

    La enfermedad psoriásica trae consigo comorbilidades que merecen toda la atención, e incluye importantes afectaciones a la calidad de vida, la salud mental, la estabilidad económica y emocional de los pacientes.

    La psoriasis es una enfermedad inflamatoria sistémica que tiene como resultado la aceleración del recambio celular en la piel, lo que provoca placas con escamas y manchas rojas que causan picazón y, en ocasiones, dolor.

    La mayoría de los tipos de psoriasis se manifiestan en brotes que pueden durar semanas o meses, y que pueden disminuir o desaparecer si se toman las medidas necesarias. Aunque la psoriasis no tiene cura, es posible controlarla y mantener una condición de vida normal.  

    Una inflamación sistémica que va más allá de la piel 

    La psoriasis puede manifestarse en cualquier momento, aunque es más común entre los 15 y 35 años. Factores como el estrés, ciertas infecciones y algunos medicamentos suelen desencadenar la aparición de lesiones en personas con predisposición genética.

    La psoriasis se da por un desorden del sistema inmune que provoca una inflamación generalizada en todo el cuerpo. Esto se traduce en afectaciones a otros órganos y áreas del cuerpo, incluidas las uñas, las palmas de las manos y las plantas de los pies, el cuero cabelludo y el sistema esquelético (incluida la columna vertebral y las articulaciones).

    La psoriasis puede además conducir a padecer problemas graves como la artritis psoriásica, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad. Esto, además de los problemas de salud mental que se dan por la estigmatización y la alta carga emocional, lleva a muchos pacientes a aislarse e inclusive ausentarse de sus trabajos, generando episodios de ansiedad y depresión.  

    Según una publicación del National Institute of Health, el 48% de los pacientes reporta dificultades para dormir, el 36% tiene problemas al usar las manos, el 35% experimenta falta de energía para actividades sociales y el 29% reportan problemas en su actividad sexual. Asimismo, los pacientes con afectaciones en las palmas de los pies experimentan dolor para caminar o estar de pie.

    La psoriasis es una desalentadora enfermedad que muchas veces no recibe la atención que merece. Este es un padecimiento sistémico, crónico y autoinmune, con un alto costo económico, social y emocional.

    Requiere un abordaje multidisciplinario, un plan de tratamiento individualizado y un compromiso del paciente por cuidar la adherencia a su terapia y asistir a los controles. También requiere la atención de los sistemas de salud, pues es sabido que la interrupción del tratamiento puede tener consecuencias graves en la salud de los pacientes, lo que además les niega la posibilidad de vivir una vida normal.” Asi lo afirmó la doctora Alina Hernandez.

    La artritis psoriásica afecta a 4 de cada 10 pacientes con psoriasis

    Tanto la psoriasis como la artritis psoriásica pueden comenzar simultáneamente. Inclusive, con menos frecuencia, la artritis psoriásica puede existir por sí sola o antes de los síntomas cutáneos. Algunos de los síntomas de la artritis psoriásica son: dolor en las articulaciones como los tobillos, las rodillas o los codos; articulaciones inflamadas, dolorosas o rígidas; dolor de espalda cerca de la columna vertebral; rigidez matutina; inflamación en todos los dedos de las manos y de los pies; uñas picadas, desmoronadas o infectadas.

    La artritis psoriásica causa dolor, rigidez e hinchazón de las articulaciones y puede provocar daños articulares graves y permanentes si no se trata.

    ¿A quién acudir?

    El dermatólogo es el especialista indicado para diagnosticar y tratar la enfermedad. El podrá crear un plan de tratamiento que satisfaga las necesidades individuales, lo que incluye aliviar los síntomas como la picazón, mejorar la apariencia de la piel y derivar a otros especialistas cuando así lo defina. La psoriasis, al ser una enfermedad sistémica, requerirá un abordaje multidisciplinario que podrá incluir un reumatólogo para tratar la artritis psoriásica si se llega a presentar, así como especialistas en salud cardiovascular y mental, entre otros. 

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