El incalculable precio del voto

El incalculable precio del voto

Samuel Luna

No sé si decir que aquí existe la democracia, lo que sí puedo afirmar es que en la República Dominicana existe el sufragio metalizado. El peso de los votos es tan afilado y pesado, debido a las barras de oro que rompen las urnas, dejándolas sin protección moral, con orificios que las exponen a cualquier tipo de fraude electoral. El atributo más importante de la democracia es la transparencia; por tanto, donde existe la compra del voto y donde se doblega la voluntad del pueblo en base al dinero, en ese contexto,  la democracia no es posible, es abortada porque no reina la transparencia. La democracia tiene que ver con la voluntad del pueblo, la “libre” acción para votar en contra o a favor de alguien. La democracia incluye una justa distribución y equidad de los bienes que genera el Estado dominicano. En conclusión, la democracia es más que dejar caer en una caja de cartón una hoja de papel llena de rostros con tendencias hacia el crecimiento unidireccional y tendencial. Caras que sólo buscan alcanzar y materializar sus sueños de forma rápida, súbita y sin ninguna consecuencia o castigo. Por eso yo digo: No sé si decir que aquí existe la democracia, lo que sí puedo afirmar  es que aquí existe el sufragio metalizado.

Esas caras dramaturgas, fingiendo una conducta halagüeña con sus movimientos kinésicos, retroalimentándose de un sistema anarquista y sin consecuencias para los funcionarios que infringen y quiebran la ley. Rostros que sólo muestran afecto para lograr una remuneración personal. Yo me pregunto: ¿Cómo es posible que todos estamos celebrando un triunfo? ¿Acaso no deberíamos de estar preocupados por el 45.63 por ciento que no quiso votar? Quizás esos que no votaron, la mayor abstención de la historia política en la República Dominica, vieron la
desnudez de los que se venden como salvadores de los pobres, vieron el real costo del voto, se asustaron ante la impotencia y desesperación. ¡Quizás!  ¡Tal vez! ¡Podría ser! El incalculable precio del voto nos ha llevado a la formación de una crisis moral que se refleja en la inseguridad ciudadana, en el des crecimiento del bienestar social, en el alto precio de la gasolina, en la decadencia de una educación que, independientemente hemos recibido desde el 2013 la entrega de un 4 por ciento, y seguimos  compitiendo en el primer lugar como los peores estudiantes del mundo. Vuelvo y repito: No sé si decir que aquí existe la democracia, lo que sí puedo afirmar  es que aquí existe el sufragio metalizado.

Debe preocuparnos el común denominador en esta campaña, la cual se destacó por la compra de votos y el transfuguismo. Estábamos contentos cuando salían de un partido hacia otro, buscando ser promovidos y recompensados, pero el precio fue y es alto, porque reinó la traición, la desconfianza, se rompieron relaciones. Lo más grande fue ver la desnudez de la mayoría de los políticos frente al pueblo. Es como la desnudez de aquel Noé, del libro antiguo pero relevante, la Biblia, plasmado en uno de los frescos de una representación del Génesis, que pintó Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, en Roma; Noé se desnudó debido a una embriaguez por el vino, y fue visto por su hijo Cam, y debido a esta acción Cam fue condenado; el símil es claro, también nuestros políticos se han embriagado por el poder, han generado vergüenza y desconfianza, por las prácticas de votos afilados y forrados de dinero. Y así mismo como Cam que vio a Noé desnudo y fue castigado, también nosotros, y no es una profecía, es una proyección basada en la ley de causa y efecto, somos responsables por no sólo ver la desnudez de los políticos corruptos, también somos culpables por secundar y aplaudir las acciones que destruyen la confianza, la esencia del voto, parando el desarrollo del pueblo dominicano y empujando a un genocidio a la democracia dominicana. Vuelvo y repito: No sé si decir que aquí existe la democracia, lo que sí puedo afirmar  es que aquí existe el sufragio metalizado.

Cuando un gobierno usa el dinero del Estado de forma exagerada e incalculable, se genera lo que yo aprendí en Barbados y en Singapur, que todas las naciones inseguras y con un índice de desarrollo muy bajo, tienen en común dos elementos: La Corrupción y La Injusticia. Esto fue afirmado en el 2019, por Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, explicaron que no es posible un crecimiento sostenido con una híper corrupción y una híper injusticia.

El presidente Luis Abinader expresó que no volverá a reelegirse, esto implica que puede dejar un precedente positivo sin el temor a perder otra reelección. Tiene más que mayoría en el Poder Legislativo, en el Poder Ejecutivo y en el Poder Judicial, a esto se le suma que casi todos alcaldes y regidores pertenecen al PRM. Ya no hay pandemia. Tenemos un país geocéntrico. Un país agrícola. Un país con una clase empresarial orientada al desarrollo económico y cultural. Gente buena que deseamos y soñamos con una real transformación. El presidente Luis tiene una disyuntiva: Seguir mirando  la desnudez de los corruptos y la de los corruptores, o compensar el incalculable precio del voto y de la campaña política, haciendo un buen gobierno para el pueblo dominicano, no solamente a nivel de percepción con la publicidad, sino como una realidad palpable en cada familia dominicana, en cada negocio pequeño, mediano y grande empresa de este país.

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