La nuez moscada es una de las especias aromáticas más apreciada dentro del mundo de la gastronomía.
Su imponente sabor y olor tiene la capacidad de aromatizar sus infusiones y platos, tanto dulces como salados.
Su sabor suele ser suave y dulce, por lo cual combina bien con especias más fuertes e intensas, como la pimienta.
A la hora de consumirla, se recomienda que se ralle justo antes de utilizarla, para aprovechar lo más posible su peculiar fragancia. También se puede adquirir ya rallada.
Su utilización se encuentra especialmente difundida en Asia, principalmente en India y China, así como también en África, donde es un ingrediente frecuente en toda clase de preparaciones, ya sean dulces o saladas.
Su uso ha sido muy difundido en las diversas cocinas internacionales y es bastante popular en la repostería.
Un poco de historia. Durante la Edad Media, -se dice- se utilizó como preciada y costosa especia, por lo que su uso era exclusivo de aquellos que podían pagar por ella. Debido a su gran uso y popularidad se llegó a creer que podía evitar la peste.
Durante siglos, en Europa se utilizó como símbolo de distinción, por lo que no era raro hallarla en salones de corte y casas nobles.
Se dice que procede de las ‘Islas de las Especias’ (actualmente Islas Molucas, en Indonesia) y se estima que la producción anual ronda entre 10 000 y 12 000 toneladas con una demanda anual estimada de 9 000 toneladas. Actualmente Indonesia y Granada lideran la producción de esta especia.
Mitos. Uno de los mitos que ha rondado alrededor de esta especie es el de que su consumo podría causar impotencia sexual en los hombres, pero según algunos portales es todo lo contrario. Se cuenta que desde tiempos inmemorables, la nuez moscada ha sido utilizada como uno de los más potentes afrodisíacos para los hombres, por lo que se encuentra intensamente relacionada con el vigor sexual.
Además, se dice que en cantidades grandes, la nuez moscada podría ser alucinógena, provocando palpitaciones así como sensaciones propia de los estupefacientes.