El indeclinable interés nacional

El indeclinable interés nacional

República Dominicana decidió con independencia de criterio, preservar fuera de patrones globales, su facultad de establecer con leyes y políticas propias el tratamiento a extranjeros que lleguen a su territorio, en desestimación de pactos sobre migraciones y refugiados promovidos por la ONU. Ha sostenido con claridad y respaldo de la opinión pública, que más allá de los fundamentos humanitarios y de derecho expresados en los documentos, algunos aspectos de los textos comprometerían moralmente al país en la toma de decisiones de cara al mundo que pondrían en riesgo asuntos nacionales al no compadecerse en su trazado de ideas con la vulnerabilidad al tránsito de personas desde el exterior a que está expuesto este, su territorio.
Convulsos desplazamientos en muchas direcciones, y las particularidades de la propia isla, crearían el riesgo de que República Dominicana deba enfocar a priori como legítimos y legales flujos de migrantes que superarían su capacidad económica y social con el agravante de que la inmigración ordinaria que arriba desde su cercanía ya sobrepasa límites con efectos adversos a la forma en que esta colectividad pretende seguir organizada con prioridad de los objetivos dominicanos. La apertura a ciudadanos extranjeros debe responder a un diseño de políticas soberanamente asumidas aquí sin llegar a extremos de desconsideración a lo foráneo.

Midiendo bien las previsiones

La peligrosidad de algunas industrias y centros de distribución de materiales inflamables puede quedar bajo control con el cumplimiento responsable de normas de seguridad vigentes que incluyen la no emisión de gases contaminantes y la preservación de espacios razonables entre procesos fabriles y los entornos poblados. El blindaje de infraestructuras que suponen riesgos es factible. No es imprescindible mudarlas a lugares distantes y desérticos que luego también quedan poblados. En lo que tiene que ver con el expendio de combustibles, los consumidores siempre necesitarán de su dispersión urbana y cercanía; en cuanto a las gasolineras, con frecuencia su mercadeo es acompañado con la disponibilidad de otros suministros inofensivos y áreas de esparcimiento que congregan a mucha gente quitada de bulla porque no andan cogiendo fuego.

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