El infarto cerebral, su modernidad

El infarto cerebral, su modernidad

En razón de que se celebró el 13 de este mes el “Día Mundial de la Trombosis” se llevó a cabo en la Plaza de la Salud una jornada de muy alto nivel científico sobre el tema de las obstrucciones vasculares auspiciado por varias instituciones y el CLAHT. Deseo agradecer a la Lic. Liliana Khoury y a su esposo, el Dr. Alberto Santana, representantes en el país del Colegio Latinoamericano de Trombosis por la invitación que nos hicieran para disertar sobre las trombosis cerebrales.

En nuestra condición de neurólogo, somos testigos de un aumento en el país de estos episodios de daño por taponamiento en la irrigación vascular del cerebro, con secuelas graves que van desde la invalidez hasta la muerte. De acuerdo a las estadísticas más actualizadas alrededor de 22 millones de personas en el mundo sufren un infarto cerebral, siendo la segunda causa de mortalidad mundial y la primera de invalidez. Se asume que una de cada 12 muertes en el mundo es por los llamados accidentes cerebro-vasculares (ACV), que nosotros conocemos popularmente en el país como “derrames”.

Los ACV son de dos tipos un 80% isquémicos, es decir por falta de sangre, y el otro 20% son las hemorragias cerebrales. Recuerdo el pasado año en Puerto Vallarta, México, en un conversatorio sobre la enfermedad cerebro-vascular en Latinoamérica que el buen amigo y autoridad en este campo, el profesor Dr. Fernando Barrinagarementería nos presentó las estadísticas de México a las que voy a hacer referencias, pues no tenemos nosotros cifras fiables en este renglón en la medicina dominicana.

Señaló que en México la enfermedad cerebro-vascular (ECV) representa la tercera causa de muerte en mujeres de más de 65 años y la cuarta causa de muerte en hombres de la misma edad, los “factores de riesgo” son elementos causantes de infartos que han sido evaluados en numerosas investigaciones y por lo que podemos hoy día hablar de ellos en la realidad de la medicina basada en evidencias. Estos factores son de dos tipos: los modificables y los no modificables.

Es entendible que no podemos, por más que queramos modificar la edad, el sexo, la raza, la etnia, la genética, la historia familiar, la homocisteinuria, etc., es decir que todo aquel que tiene el compromiso con uno de estos elementos que no podemos cambiar, tiene un “desfavor”, son mecanismos en contra de la buena salud vascular y nos hace proclives a padecer algún daño cerebral por infarto.

Pero sabemos que hay factores sí modificables, que nosotros podemos controlar y cambiar, tales como: el control de la presión arterial que es lo primero, el control de la glicemia (diabetes), el manejo de las cardiopatías con adecuados diagnósticos y siguiendo las recomendaciones médicas. El manejo de las grasas en sangre, el sobrepeso, el fumar, la exagerada ingesta de alcohol, las alteraciones del sueño, la falta de ejercicios, obesidad, estrés, son factores adversos para la buena salud de nuestras arterias y venas.

La prevención sigue siendo la medicina más importante y la podemos lograr con la modificación de estos factores de riesgo y un listado de medicamentos que van desde la aspirina hasta los anticoagulantes, para mantener la sangre con escasas posibilidades de “empegotarse” y de que se formen trombos locales o émbolos que viajan y taponan los vasos.

Lo más moderno para el tratamiento del infarto cerebral es el manejo con la trombolísis cerebral intravenosa, que procura eliminar el taponamiento. Hasta la fecha el más efectivo tratamiento en el mundo que aumenta las posibilidades de recuperación en los pacientes con infarto cerebral agudo, es el r-TPA.

Lo ideal es recibirlo antes de las cinco horas de iniciarse el daño isquémico. Se celebrará el próximo jueves 29 el “Día Mundial del Stroke”, el ictus, el derrame, el ACV o la ECV, todas tienen significados similares para definir daños al cerebro, por tal razón deseamos hacer un aporte y que ustedes recuerden la clínica resumida de los infartos cerebrales, con el nombre de HEROE: la “h” el hablar que cambia, hablar estropajoso, la “e” extremidades, debilidad y calambres en brazo y pierna, la “ro” el rostro se desvía o tiene contracciones, la “e” es un emergencia, no pierda un minuto y busque ayuda inmediatamente. ¡Tiempo es cerebro!

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