El ingreso como problema social

<P>El ingreso como problema social</P>

El estancamiento del diálogo para un aumento del salario mínimo en que participan dirigentes de centrales sindicales y empresarios tiene mucho que ver con la resistencia de empleadores a aceptar que en este país la mayoría de los trabajadores recibe ingresos inferiores (y a veces demasiado inferiores) a lo que realmente cuesta la vida sin pretender mucho a ella.

No se justifica que los patronos se aferren casi exclusivamente al índice de inflación del último año para sustentar su baja oferta de incremento mientras se colocan de espaldas a otras mediciones sobre el real poder de compra de los jornales que ellos han estado pagando y que fueron vencidos históricamente en el tiempo por los altos precios de todo lo que es necesario para alimentarse y cubrir otras necesidades de techo, educación y esparcimiento.

Se quejan -los empresarios- de una contracción económica que no se debe solamente a viejos y nuevos impuestos, sino también al bajo poder adquisitivo de muchos de los asalariados. Además de que el renglón tributario más importante golpea los bolsillos de los pobres, no los de ellos.

La mayoría de las razones sociales paga menos impuestos que sus empleados; el principal papel del patrón es el de agente de retención.

El Estado navega sobre regresivos impuestos indirectos. Subir aceptablemente los salarios sería tan conveniente para los trabajadores como para quienes se benefician de lo que ellos gastan.

Madres contra viento y marea

Las madres dominicanas reciben en esta significativa fecha la atención y homenaje de las familias aunque hasta muchas de ellas no llegan a plenitud los medios que el Estado y la sociedad deben proporcionarles en forma de acceso a la educación y la salud y a protecciones sociales básicas que aquí son escasas o críticas.

De entre todas las madres, tengamos en cuenta de manera particular a las solteras integradas de alguna manera a la vida productiva mientras en su adversidad encabezan hogares. Muchas otras sufren desempleo o sobreviven en el contexto de uno de los índices de violencia de genero más altos de América.

Al hablar de madres tenemos que expresar compasión y apoyo moral para aquellas que en elevado porcentaje sufren los peores aspectos de cada crisis económica, en un país negador, de mal reparto de bienes y oportunidades; golpeadas además por otros tratamientos desiguales.

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