CARMEN MATOS
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Visitar el Instituto de Señoritas Salomé Ureña de la Zona Colonial es a la vez deprimente y preocupante.
Y es que el estado de desamparo en que se encuentra la institución fundada en el año 1934 y que por muchos años gozó de gran prestigio educativo, hace imposible creer que hasta hace unos días allí se impartía docencia
Todas las paredes están sucias y repletas de mensajes, la mayoría con palabras soeces, las aulas tienen muchas de las ventanas rotas y las filtraciones están regadas por doquier.
A esto se agrega el mal olor de los baños que inunda cada rincón y la manada de gatos que deambula por el plantel alimentándose de los desperdicios dispersos.
Sin embargo, como explica el director, Víctor Coats, todas esas precariedades se quedan en un segundo plano al ser comparadas con los peligros que enfrenta la comunidad educativa al no contar con Policía Escolar, portero o algún tipo de agente de seguridad para los bienes, estudiantado y profesorado.
Hemos tenido incluso que llamar a la Policía para que controle a unos necios que vienen a la puerta para enamorar a las estudiantes, dijo, haciendo hincapié en que en su tanda matutina el liceo recibe a más de 482 muchachas de varios sectores de esta capital.
Añadió que tratando de intervenir en una de esas ocasiones, fue rodeado por una decena de jóvenes que le propinó varios golpes.
Baja inversión
El director del centro se quejó que la secretaría de Educación no dedica los recursos pertinentes para el mantenimiento del plantel y que fue hace meses cuando se envió la última porción de detergente para la limpieza.
Sostuvo que en varias ocasiones las empresas distribuidoras de agua, luz y teléfono han enviado intimaciones, ante los retrasos en los pagos de servicios.
De igual forma, Coats se manifestó desconfiado en que la inversión de RD$6 millones que destinó la cartera educativa hace ocho meses para reconstruir la edificación sea suficiente para las precariedades.
Sólo reparando el salón de actos se duplicaría esa cifra, declaró.
Dijo que además por falta de personal están a punto de suspender el Bachillerato Acelerado que se imparte los fines de semana y que calificó como una gran contribución para reducir la sobreedad en las escuelas.
El Instituto tiene todo, pero nada sirve
El Instituto de Señoritas Salomé Ureña es una amplia edificación de 24 aulas que consta de área de gimnasio, laboratorio de ciencias, de informática, salón de multiusos, biblioteca y dispensario médico; también de un anexo de ocho aulas y sendas canchas de baloncesto y voleibol.
Empero, el gimnasio no funciona desde hace más de una década y los pisos de madera corroidos.
El salón de actos recién fue intervenido por las autoridades, pero sólo hay tres obreros asignados a la obra, por lo que avanza muy lentamente. Sobre los laboratorios de informática y de ciencias ninguno es utilizado, ya que los equipos de computadora tienen más de diez años en desuso y no hay microscopios ni reactivos.
La biblioteca tiene libros de la década de los años 40 y el médico de la escuela renunció hace meses.