Calle Fernando Escovar Hurtado, en Piantini. Aunque existe el apellido Escobar, este se escribe con v. HOY/ Aracelis Mena.
Era de origen cubano pero vivió, estudió Y trabajó en Santo Domingo donde luchó por la soberanía nacional durante la ocupación norteamericana de 1916. Aquí se vinculó con familias honorables, conoció la que fue su esposa y madre de sus hijos y en esta tierra cerró sus ojos para siempre. Quizá esté sepultado en esta, su segunda Patria.
Fernando Escovar Hurtado se graduó de filosofía en la Universidad de Santo Domingo. Fue comerciante, masón, diplomático, periodista.
Una calle de la ciudad lleva su nombre. Su apellido aparece escrito “Escobar” pero por los documentos personales y publicaciones de prensa, es Escovar.
El notable intelectual, a quien se tenía por muy culto, debe tener descendencia o parientes en la República, donde vivieron también sus hermanos Rafael y María, pero ningún familiar fue localizado.
Los datos para este reportaje se obtuvieron en periódicos, con cuyos ejecutivos y reporteros parece haber guardado estrecha relación. Sus viajes, condecoraciones y presencia en actos culturales merecieron tanta difusión como su sentido fallecimiento cuando los deudos recibieron numerosos ramos y coronas de flores con expresiones de tristeza por su partida.
Algunas descripciones de su fisonomía aparecen en los permisos de entrada y renovación de residencia de la Dirección General de Inmigración, dependencia de la secretaría “de lo Interior, Policía y Comunicaciones”. En todos se escribe su apellido como Escovar.
Es descrito blanco, de estatura “5’7”, nacionalidad cubana, ojos castaños, de raza caucásica. Poseía cédula de identidad de aquí y sus domicilios estuvieron en El Conde número siete y en la avenida Bolívar 31. En sus diferentes ingresos le ponían como ocupaciones comerciante, doctor o licenciado en filosofía. Quizá sus travesías se debían no solo a sus negocios sino a su condición de cónsul que lo fue de Uruguay, Guatemala, México, Chile, Holanda y Bélgica y vicecónsul honorario de Colombia y encargado de negocios de Cuba.
En la reseña de su deceso dice que contaba con varias condecoraciones. En rotativos locales se publicó cuando le impusieron la Cruz de Comendador de Nichan Iftikhar de Túnez, en agosto de 1937. Entonces era agente general de la Compañía Trasatlántica Francesa. Consignaba que había sido presidente del honorable ayuntamiento y exmiembro del Jurado Superior de Aduanas.
Le fue impuesta en la Legación de Francia por el ministro Barón de Camas en presencia del ministro de Cuba, “Dr. Díaz del Villar”, familiares y personal del consulado, “por sus buenos servicios a la República francesa y sus posesiones”.
Después de graduarse en la Universidad de Santo Domingo, Escovar Hurtado fue corresponsal de la International News Service y de la Agencia Havas.
Es probable que llegara al país a finales del siglo antepasado. La entrada más antigua que se encontró es de 1896. Vino procedente de Puerto Rico en el vapor “San Salvador”.
Algo más de Escovar. Fernando parece haber venido muy joven a Santo Domingo. Se ignora con quienes y por cuales motivos. Los nombres de sus padres no aparecen registrados. Cuando murió, en 1956, contaba 73 años, según la crónica, sin embargo, para el permiso de la renovación de residencia, que pudo ser el último, contaba 72 años, y este se le expidió el 30 de diciembre de 1953, lo que hace presumir que nació en 1880 o 1881. Hay discrepancias obvias.
En su condición de representante especial de Guatemala fue invitado a la ceremonia de toma de posesión de Trujillo el 16 de agosto de 1930. Pero antes, en julio 12 de 1923 figuraba como encargado de la Legación y Consulado de Cuba, en la calle Arzobispo Nouel número 24.
Otra nota del 25 de junio de 1929 da cuenta de su llegada al puerto en el vapor “Presidente Machado” junto a diplomáticos acreditados en el Caribe y a funcionarios dominicanos. Entonces era cónsul de Chile y Uruguay en este país. Entre los nativos que le acompañaban estaban Elías Brache hijo, secretario de Justicia e Instrucción Pública; Juan Salvador Durán, alto empleado de Relaciones Exteriores y el periodista Juan Bautista Lamarche, del Listín Diario.
El 21 de octubre de 1929 agradecía a R. Paíno Pichardo la presentación de “la eximia artista Doña Tina Caballero” y lo felicitaba por las frases expresadas para Chile. Le solicitaba copia de sus palabras para enviarlas “a la Cancillería de la Gran República del Pacífico”.
Fernando estuvo casado con Ida Pardo y en uno de sus permisos se aclara que la dama era dominicana. Procrearon dos hijos: Fernando y Fernanda.
Falleció el 3 de julio de 1956, supuestamente a los 73 años.
Fernanda estuvo casada con el doctor Buenaventura Báez Ledesma y Fernando con Emma Miranda, dice la reseña de su muerte.
Entre las múltiples coronas de flores destacan estos mensajes: “A nuestro querido hijo vitalicio. Supremo Consejo Grado 33 (Libertad No. 20)” y “Al hermano Fernando Escovar. Cuna de América”.
La calle. La resolución que designa una calle con el nombre de Fernando Escovar Hurtado lo define “culto y distinguido hombre público, muy venerable maestro de la logia Cuna de América, presidente de este Ayuntamiento en 1914, prestigioso representante consular de siete países” y “defensor impertérrito de nuestra soberanía”.
Agrega que “aunque nacido en Cuba, fue un experimentado y consumado patriota de nuestro país, que puso en elevado sitial nuestra enseña tricolor cuando vientos extraños la arriaron…”.
El 27 de julio de 1977 se le asignó la antigua “calle H”, de Arroyo Hondo pero la vía que lleva su identidad está en Piantini. Nace en la Pablo Casals y muere en la Filomena Gómez de Cova. Antes era la “Calle B”.