Hasta finales de febrero, en la Sala Ramón Oviedo del Ministerio de Cultura, sigue abierta la exposición “Jorge Noceda Sánchez, su imaginario surreal”, conformada por 40 trabajos representativos de la producción pictórica de Jorge Noceda Sánchez (1931-1987), artista enigmático y excepcional, basado en Nueva York y Miami desde los inicios de la década de los 50 del siglo XX, desde donde desarrolló una obra tan personal como atractiva, además de una exitosa trayectoria expositiva internacional que hoy siguen sorprendiendo a los coleccionistas y estudiosos del arte dominicano de la modernidad.

Curada por Gamal Michelén y museo grafiada con esmero y óptimos resultados por Ana Agelán Fernández, esta muestra adquiere una pertinencia axiomática, así como un gran significado en el escenario artístico y cultural dominicano de la actualidad, ya que, en primera instancia, resulta propicia para el abordaje crítico de diversos aspectos y asuntos relacionados con la responsabilidad del coleccionismo local, el redescubrimiento de un exponente fundamental del surrealismo dominicano y el rastreo ineludible del proceso de recuperación de la memoria artística nacional.

La mayoría de las obras que integran esta muestra, proceden de la colección particular de Fernando Báez Guerrero y Nancy Tavárez de Báez, quienes durante las últimas tres décadas se implican de manera apasionada, arriesgada y ejemplar, reuniendo una colección que trasluce su radical compromiso con la protección, estudio y valoración de las obras de los principales artistas del país y las distintas etapas del arte dominicano a través de su historia.

**Jorge Noceda en la Sala Ramón Oviedo. Vista de la exposicion.**

Actualmente, más de 300 obras de la Colección Báez-Tavárez conforman tres exposiciones en tres instituciones culturales del país: “Clara Ledesma. Universo Mágico”, en el Centro Cultural Perelló; “Jorge Noceda Sánchez, su imaginario surreal”, en la Sala Ramón Oviedo y “Almas Latentes”, con más de 180 obras de los artistas europeos refugiados en nuestro país entre finalesde los años 30 e inicios de los 40 del siglo XX, en Museo de Arte Moderno. Estas muestras, confirman nuestro apunte: la “Colección Báez-Tavárez” se proyecta como una verdadera colección de colecciones, cada vez más amplia y más significativa.

Aunque en sus datos biográficos aparecen dos fechas de nacimiento (1925 y 1931), atendiendo a la acreditación de nuestras fuentes, vale asumir el 6 de septiembre de 1931 como su fecha de nacimiento en la ciudad de Santo Domingo. En 1952, Noceda Sánchez se graduó como médico en la Universidad de Santo Domingo. Tras su graduación, se traslada a los Estados Unidos y se especializa en gastroenterología en la Universidad de Nueva York.

En 1955, Jorge Noceda se apasiona con la pintura y presenta su primera exposición individual en Nueva York, recibiendo el premio Boardman Neil por su pintura “Los dados perdidos” y dos premios Murray Hill Show. En este mismo año, fue invitado a la exposición “Art USA” en Madison Square. Inicialmente autodidacta, Noceda Sánchez desarrolló su talento rápidamente y en 1956 ingresa en la National Academy of Designde la ciudad de Nueva York, recibiendo lecciones de los influyentes artistas Robert Philip (1895-1981) y René Robert Bouché (1905-1963).

En 1957, Jorge Noceda expone en el Palacio de Bellas Artes de Santo Domingo. A su retorno a Nueva York, obtiene el primer premio de la Murray Hill Press Exhibit y el Premio Grumbacher de pintura. En 1958, expone en el Museo Nacional de La Habana, Cuba, y en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, España. En 1959, abandona la medicina y presenta una muestra individual en el Museo Nacional de Ueno en Tokio, Japón. En ese mismo año, inicia una gira mundial con exitosas muestras personales en Hong Kong, Nueva Delhi, Tel Aviv, Atenas, Roma y en la Royal Academy de Londres. En 1966, se traslada a Miami, donde fallece el 11 de marzo de 1987.

Redescubierta y recuperada ahora en Santo Domingo por Fernando BáezGuerrero y Nancy Tavárez de Báez, así como por Isaac y Betty Rudman, Juan Manuel Portela Bisonó, Edmon Elías Jr., Alberto Y. Cruz, Juan Julio Bodden, Mildred Canahuate y Leila Pérez, la obra surrealista de Jorge Noceda intensifica su potencial trascendente en base a su vitalidad estética; su magnífico sentido del color y la grácil imaginería con que plasma sus espacios metafóricos, siempre desérticos y habitados por máscaras, aves, flores, frutas, artefactos musicales, acróbatas, signos arquitectónicos, estandartes, raíces, moluscos y territorios saturados de sentimientos, sensaciones, deseos y absorciones inefables…