El invierno promete mucha piel

<p>El invierno promete mucha piel</p>

París, (EFE).- La piel, de zorro, de astracán, de marta, de pitón, de cocodrilo o de avestruz, colocada a menudo en lugares insospechados y teñida de colores luminosos, será el invierno próximo un signo de elegancia Christian Dior, tal y como propuso su genial modisto John Galliano.

Sin miedo a las sociedades protectoras de animales, el artista gibraltareño adornó con un sinfín de texturas animales el cuerpo de sus maniquíes, maquilladas a lo Lauren Bacall, peinadas con su clásica melena ondulada, o con el pelo recogido en varios moños sujetos con pasadores rectangulares, a veces con sombreros-paraguas que ocultaban casi por completo el rostro.

Voluminosa, la piel de Dior adornaba las mangas invernales desde recién terminado el hombro hasta los puños, a juego con los amplísimos bajos de los no menos enormes abrigos trapecio, de piel igualmente, pero ya no de pelo, y, por supuesto, las inmensas solapas de sus chaquetas, generalmente entalladas. 

En cuanto al color, hubo que esperar hasta el modelo número 36 para disfrutar del primer negro Dior del otoño-invierno 2006-2007, en un vestido de gazar bordado, seguido de otro igualmente negro y bordado, muy oriental.

Otros nombres del gran prêt-à-porter en la agenda oficial de París fueron Balenciaga, Junya Watanabe, Vivienne Westwood, Lutz, Ann Démeulemeester, Issey Miyake, Comme des Garçons, Bless, Jean Paul Gaultier, Jeremy Scott y Marithé y François Girbaud.

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