El Jardín Botánico Nacional en capacidad de reforestar los ríos

El Jardín Botánico Nacional  en capacidad de reforestar los ríos

Así está el río Isabela en estos momentos. 27-05-19 Fuente Externa

El Jardín Botánico Nacional está en capacidad de reforestar las márgenes de los ríos Ozama e Isabela, así como otras cuencas hidrográficas del país, ya que dispone de millones de plantas y semillas en sus viveros y laboratorios.
Así lo expresaron el director del Jardín Botánico Nacional, Ricardo García, y el encargado de Planificación y Desarrollo, Luis Carrasco, al ser consultado por este diario.
Exponen que la sequía que cada vez afecta con mayor intensidad, muestra la gran necesidad de aumentar los espacios verdes urbanos y de cumplir con los estándares internacionales de que cada habitante disponga de alrededor de 8.5 a 10 metros de área verde.
Considera que el Jardín Botánico Nacional está en capacidad técnica de asumir la correcta restauración de las márgenes de los ríos citados, en la parte operativa en alianza con otras instituciones públicas o privadas.
Indican que el Jardín Botánico Nacional cuenta con las plantas en sus viveros y laboratorios, pero no con los equipos y otros materiales que no dispone y que son indispensables.
“Pero técnicamente el Jardín Botánico está en condiciones de orientar el trabajo, no solamente en estos ríos, sino en toda la isla, donde puede aportar plantas, semillas para restaurar áreas alteradas y dañadas”, apuntan.
Explicaron que ya en el Parque Ecológico Fluvial La Barquita (PEF-LB) donde hasta el 2016 residían 1,400 familias, han sembrado 26 mil plantas nativas y endémicas, razón por la que se han desarrollado de manera vertiginosa.
“Estamos tratando de que ese parque recupere originalmente la flora que había en ese lugar, antes de que fuera invadido por los asentamientos humanos”, exponen.
Algunas plantas. Citan plantas frutales como aguacate, almendras, tamarindo, mango y otras, y dentro de las forestales habitaban alrededor de 60 especies.
Afirman que el objetivo del Jardín Botánico es hacer una especie de muro floral de plantas, de manera tal que las inundaciones en época de grandes lluvias no afecten el área intervenida.
Para ello, precisan, siembran especies como platanitos y mangles botón que formaban parte de la flora nativa de los humedales como es la Vieja Barquita.
Señalan que la gran contaminación de los residuos sólidos y las aguas residuales que bajaban y que todavía lo hacen desde las alturas, hicieron un enorme daño a la flora nativa y endémica hasta prácticamente desaparecerlas.
Explican que el Jardín Botánico no ha terminado la siembra debido a que todavía las obras civiles del Parque Fluvial no han concluidos, como la vía perimetral, la canalización de las aguas residuales y la colocación de algunos campamentos en la zona.
Calculan entre 4 y 5 mil las plantas que faltarían por sembrar en ese parque ecológico, para que Jardín Botánico haya cumplido con la misión encomendada.
Contaminación. Muestran preocupación por el grado de contaminación de los ríos Ozama e Isabela, como revela la cantidad de lilas que cubren esas fuentes acuíferas del Gran Santo Domingo, que surgen como respuesta para dar oxígeno al agua.
La campaña. Resaltan la campaña de capacitación y sensibilización que desarrollan el Jardín Botánico en las escuelas y juntas de vecinos próximos al nuevo Parque Ecológico Fluvial La Barquita.
Precisan que estudiantes, de entre los 8 y 12 años, de 16 escuelas de la zona han sido entrenados sobre la protección de la naturaleza y luego pasaron a las juntas de vecinos, amas de casas y otros grupos.
A cada uno de los participantes se les entrega un planta ornamental para que la siembren frente a sus casas, con resultados excelentes.
Deploran que las jornadas de reforestación y sensibilización no haya sido acompañada por una eficiente recolección de los residuos sólidos que continúan bajando hacia el Parque Ecológico Fluvial La Barquita.
El Parque
El Parque Ecológico Fluvial es un componente del programa La Barquita como respuesta integral sobre el cambio de uso y la devolución de la calidad ambiental y legal de 15 hectáreas de suelo ribereño inundable que estuvo ocupado por más de 6,000 personas que residían en alto riesgo a orillas del río Ozama. El decreto 199-16 declaró estos suelos como no urbanizables y los adiciona al área del Parque Mirador Manantiales del Cachón de La Rubia, ampliando sus límites. Según la Unidad para la Readecuación de la Barquita y Entorno (URBE) el proyecto está desarrollado en aproximadamente un 68 por ciento, pero existen algunos retrasos en obras de infraestructuras.

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