POR MARÍA CRISTINA RODRÍGUEZ
Los deseos de superación del popular merenguero El Jeffrey fueron más allá de las oportunidades que le ofreció la vida en su infancia. El intérprete de “Mi tierra” dijo no haber ido nunca a una escuela, debido a que tuvo que trabajar desde muy temprana edad.

“No me da vergüenza, me siento orgulloso de mí mismo, nunca asistí a una escuela, quizás por mi pobreza, por la necesidad de tener que trabajar. Es difícil de creer, pero no recuerdo cuando aprendí a leer”, confesó.

“Uno es lo que quiere ser”, argumentó, al recordar que cuando niño sintonizaba el programa televisivo “Wilfrido en vivo”, que conducía el también merenguero Wilfrido Vargas en los años ochenta. Se miraba en el espejo con un cepillo en las manos, soñando encontrarse con el momento en que llegaría a ser cantante, sueño al cual se oponían sus padres, ya que decían que los artistas son muy “mujeriegos”.

José Gabriel Severino, nombre de pila de El Jeffrey, se definió como un hombre que nunca ha perdido el tiempo y que siempre se empeñó en aprender aptitudes positivas de las personas que rodeaban su entorno, incluyendo los buenos modales de su manejador Alberto Cruz.

Hoy en día, El Jeffrey quiere devolverle a Dios, al mundo y a su país parte de los beneficios que la vida le ha obsequiado. Para ello, ha puesto todo su esfuerzo elaborando una “Cruzada por los niños” junto a la presentadora de televisión Nikauly de la Mota, la cual dijo admirar. La calificó como una persona muy buena y ser “la única megadiva que trabaja, ya que las otras laboran sólo con sus calendarios”.

Expresó que ambos han estado visitando hospitales y cárceles del país.

Llamó a la unidad nacional en favor de la niñez, debido a que en las calles hay muchos niños muriendo de hambre y de sida.

“Si Dios me dio la oportunidad de poder estar hoy en las páginas de este periódico, aunque no tenga dinero, debo usarlo para  bien. Yo creo que no podemos dejarle todo al presidente Leonel Fernández, son muchas cosas para él y para Dios”.

Considera que los niños y los jóvenes son el futuro del tiempo.

SU IMAGEN

Jeffrey dijo que le gusta vestirse sexy y pegadito para las mujeres, porque ellas son las que hacen las fiestas. Él selecciona de su armario la ropa que utiliza en sus presentaciones artísticas.

“Aquí todavía entienden que yo tengo que ir al Teatro Nacional con un saco y una corbata, como todo un gerente de un banco. Antes no se vendía esa imagen, ahora un tipo feo no se pega, aunque tenga la voz de oro”. Argumentó ser un esclavo del gimnasio.

SUS ADEMANES

Cuando José Gabriel Severino sube a los escenarios le gusta transmitir con gestos a sus seguidores el significado de lo que expresa a través de la voz.

“El Jeffrey es todo un personaje compuesto por furia, coraje, desamor y muchos sentimientos, el cual es muy diferente a su hombre interior”.

En lo personal le gusta la lectura y las matemáticas. De los artistas jóvenes admira al compositor e integrante del grupo Negros, Wason Brazobán, así como al merenguero Pablo Martínez. Se identifica con “Mi tierra”, tema que está sonando en la radio.

Contó que cuando su esposa está de mal humor, él mismo va al supermercado y prepara la comida en la casa.

 “Corrijo a mis hijos, lavo mi guagua”, manifestó el caballero número 30 de Santiago, como se denominó.

El artista manifestó que su nombre artístico fue adoptado por un amigo de infancia con el cual jugaba a la actuación. “Yo le puse el apodo de Rocky y él me puso El Jeffrey”.

PREMIOS

Luego de haber retornado al canto, el ex integrante de La Artillería se encuentra en un  momento cumbre de su carrera artística. Ha calado en el gusto nacional e internacional.

Espera que los miembros de Acroarte hagan su justa valoración.

“Ellos sabrán si merezco un premio o no. De mi parte, estoy trabajando”. Catalogó la entidad como muy seria.