El jengibre, aromático y  picante

El jengibre, aromático y  picante

El jengibre es una raíz asiática que además de su sabor aromático, dulce y algo picante, tiene la ventaja de ser un alimento con propiedades digestivas, anti-inflamatorias, antisépticas y hasta afrodisiacas –¿qué más se puede pedir de una planta?

En estos días navideños que se acercan, el jengibre es un producto  muy demandado, sobre todo para hacer infusiones y chocolates. Pero además lo podemos emplear en platillos de la cocina oriental y en pastelería.

¿Cómo combinarlo? Mezcla muy bien con la salsa de soja, el vinagre, el limón, el sésamo y el aceite para elaborar salsas, vinagretas y condimentos.

 Añadido solo enriquece cualquier alimento de sabor no muy fuerte o dulce, como el pescado, el arroz, las verduras o las frutas.

Cálido, incisivo y exótico, el aroma del jengibre impregnó muchas de las creaciones gastronómicas ideadas por los cocineros de la antigua Roma.

Sin embargo, la nueva cocina está volviendo a descubrir el jengibre, que figura junto con la canela  en muchas de sus creaciones. Se suele apreciar su presencia en los platos por su aroma caliente y tónico, que sirve para realzar los sabores de las carnes blancas y el pescado, así como de numerosos postres, incluso  helados.

Ingrediente de la cocina oriental.  Pero el jengibre reina sobre todo en la cocina oriental, que conoce desde tiempo inmemorial sus cualidades. El célebre curry indio y el ras-el-hanout norafricano incluyen desde siempre en sus mezclas este preciado componente.

Parte esencial de la planta, de un olor fuerte aromático, sabor agrio, picante, son los rizomas, de color cenizo por fuera y blanco amarillento por dentro. Las hojas son alargadas, como las del maíz cuando apenas brotan de la tierra y envuelven con su vaina el tallo. Las flores son vistosas y están dispuestas en espigas cónicas.  Además de ser un condimento muy apreciado, el jengibre ha sido utilizado con propósitos curativos desde hace miles de años. En la medicina  de la India, y también en la  china, el jengibre ocupa un lugar importante. 

Recetas

Pechugas de pollo al jengibre

4 pechugas de pollo deshuesadas y sin piel

1 cucharada de jengibre rallado

1 cucharada de pimentón

2 cucharadas de jugo de limón

1 taza de caldo de pollo

1 cucharadita de fécula de maíz

1 pizca de sal

Pimienta blanca molida

Preparación. Bata en un recipiente el jugo de limón, el jengibre, el pimentón, la pizca de sal y  pimienta y medio vaso del caldo. Agregue  las pechugas a esta marinada y deje reposar durante una hora. Caliente en una cacerola a fuego mediano el resto del caldo. Incorpore las supremas con su marinada, baje el fuego al mínimo y cocine durante cuarenta minutos. Retire las pechugas y añada la cucharadita de fécula de maíz para espesar la salsa. Cocine durante tres minutos más y sirva las pechugas con su salsa de jengibre.

Salsa china de jengibre

3/4 taza de agua

2 cucharadas de salsa

de soya baja en sodio

1 cucharada de agua fría

1 cucharada de maicena 

5 cucharadas de vinagre de arroz.

(Se puede conseguir en la sección

asiática del supermercado)

5 cucharadas de azúcar

1 cucharada de jengibre molido

Preparación. Mezcle el vinagre, el azúcar, el agua y la soya.    Cocine la mezcla anterior en una sartén a fuego medio. Cuando hierva, baje la temperatura y deje cocer a fuego lento mientras  prepara el siguiente paso. Mezcle en un recipiente la maicena con el agua fría y disuelva  por completo. Añada a la sartén y mezcle bien, espere a que espese. Agregue el jengibre e inmediatamente retire del fuego. ¡Listo!

 Esta salsa es ideal para condimentar carnes y ensaladas.

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