BOSTON.- Kevin Millar enfrentó a Curt Schilling muchas más veces de las que a él le gustaría recordar durante sus días en la Liga Nacional. Ahora el ex Marlin está seguro de que tendrá una vista privilegiada y mucho mejor desde la primera base en el 2004 que la que tenía en la caja de bateó en esas ocasiones anteriores.

David Ortiz quien siempre ha jugado en la Americana nunca ha podido ver la recta de Schilling de frente. Pero ha visto lo suficiente por televisión para estar alegre de que el serpentinero derecho esté en el mismo clubhouse para los próximos meses.

Hay que estar claros en algo. Los peloteros de los Medias Rojas están tan o quizás más emocionados que los fanáticos de Boston por adquirir a Schilling.

«Es increíble», apuntó Millar vía telefónica desde su hogar en Beaumont, Texas. «Si eres un pelotero o fanático de Boston, el viernes fue un gran día. Debo tocar madera. Con Pedro [Martínez], Schilling y Derek Lowe saludables, odiaría ser un bateador derecho que tenga que enfrentarse a ese trío en una serie».

Sin Schilling, los Medias Rojas del 2003 avanzaron al séptimo cotejo de la Serie de Campeonato de la Americana antes de ser superados por una épica recuperación de los Yankees.

Sólo hay que añadir a Schilling a un grupo que estuvo a sólo cinco outs de avanzar a la Serie Mundial, y el optimismo es entendible.

«Peleamos en gran forma en el 2003 y ahora tenemos a Curt», comentó Ortiz. «Es uno de los mejores. Lo he visto lanzar muchas veces y pareciera que lleva el juego a un nivel mayor».

Millar quien tiene a su favor el haber enfrentado ya a Schilling lleva ese reporte de Ortiz un paso más allá. »Es un dolor de cabeza para todos los bateadores. Es un lanzador de mucho poder, pero es muy inteligente. No sólo te supera. Coloca su envío rápido donde lo desea, al igual que su split finger», acotó.

«La verdad es que estoy superemocionado de contar con él», aseveró.

Quizás no más entusiasmado que Ortiz.

«Esto va a ser sorprendente. La gerencia está demostrando que quiere ganar. Es un paso bastante grande», confesó el dominicano.

Y justamente ese gran paso al que se refiere el toletero derecho, pudiera ayudar a quitarle presión a Martínez.

«Todas las aperturas de Pedro siempre son super importantes para él», apuntó Millar. «Ahora él sabe que tiene alguien del mismo calibre para apoyarlo».

Por cierto que se considera en Boston que la clave para la adquisición de Schilling fue la persistencia del joven gerente general de la novena, Theo Epstein.

De no haber sido por Epstein, quizás Schilling fuera todavía un lanzador de los Diamondbacks de Arizona.

Un Día de Acción de Gracias a más de 2,000 millas de su familia se convirtió en una mayor satisfacción y recompensa para Epstein.

El joven ejecutivo, junto al presidente del club, Larry Lucchino y el asistente de operaciones de béisbol Jed Hoyer iniciaron las conversaciones en el hogar de Schilling en Paradise Valley, en Arizona el miércoles.

Puesto que en ese día no se pudo convencer a Schilling para revocar su cláusula que le permitía vetar transacciones y convertirse en propiedad de los Medias Rojas, Epstein y Hoyer no tuvieron más decisión que quedarse en el área de Phoenix para el día festivo para seguir trabajando en el acuerdo.

Cuando Schilling y su esposa Shonda se enteraron que Epstein y Hoyer estaban en la ciudad, no sólo los invitaron a la cena de Acción de Gracias. Esencialmente les ordenaron que fueran.

«Básicamente nos salvaron la festividad», reconoció Epstein, quien fue uno de los elementos esenciales para que los fanáticos de los Medias Rojas de Boston tuvieran mucho de qué agradecer apenas un día después.