Por JOSE CACERES
Monte Plata.- Cuando el presidente Leonel Fernández dejó oficialmente inaugurados los XIII Juegos Deportivos Nacionales, el judo dominicano pasó a formar parte histórica de los mismos luego de que Leidi Germán, Alquímedes Ortiz y Robert Gómez realizaran las más importantes funciones atléticas y de justicia deportiva del certamen.
De esta manera a Leidi German le correspondió el juramento de los atletas en medio de la algarabía de un pueblo que espero por más de seis años la realización del más importante evento atlético nacional.
Para ser seleccionada la autoridades tuvieron en cuenta que la misma fue nombrada atleta del año 2005 sobre la base de sus merecimientos cuando se alzo con la presea de bronce en el pasado Campeonato Panamericano de Judo Superior efectuado en San Juan, Puerto Rico en mayo pasado e igual presea obtuvo en el Torneo Abierto de los Estados Unidos realizado en Fort Lauderdale, Estados Unidos en octubre 2005 y otros importantes logros en el pasado reciente.
Por su parte Alquimedes Ortiz, designado recientemente presidente de la Federación Dominicana de Judo, arbitro internacional de esa disciplina quien ha participado en juegos y campeonatos panamericanos y eventos centroamericanos y del caribe, además, presidente de la Asociación de Judo de Bayaguana, le correspondió el juramento de los jueces encargados de impartir justicia en estos juegos nacionales que reflejan el sentir y el esfuerzo denodado de una comunidad laboriosa y orgullosa de sus raíces.
A Robert Gómez, tres veces Campeón Panamericano en la división de 55 kilogramos, una en juvenil y dos en la categoría superior, le fue encomendada la especial distinción de pasearse con la antorcha olímpica por la grama del estadio de béisbol de esta ciudad que contó con las mejores galas del deporte nacional juvenil y la asistencia de los principales funcionarios del tren gubernamental, autoridades deportivas, militares, comunales y municipales.
Las ovaciones se hicieron sentir cuando cada uno de los nombrados fue presentado al público con un ambiente festivo que hizo rememorar los grandes espectáculos olímpicos con un matiz autóctono y a la vez carnavalesco sin dejar de lado la rigurosidad y el esplendor de las inauguraciones deportivas.