El juego del tira y afloja

El juego del tira y afloja

De muchacho dejábamos la huella en la arena, cuando dos grupos enfrentados jugábamos tirando la soga cada uno en su propia dirección. Era un juego muy divertido pero aleccionador. Si los contrarios tenían más fuerza, bastaba con tirar la soga propia y el equipo contrario se iba de espaldas, porque halaba con todas sus fuerzas y no tenía respuesta. Parece que Haití juega al tira y afloja y nos suelta la soga, cuando está tensa, para que caigamos de espalda.

La semana pasada su representante ante Naciones Unidas argumentó una acusación absurda y baladí, en este desagradable sainete en el cual los haitianos juegan al bufón y nos acusan de ser el monstruo desalmado que asusta a los niños.

La agencia española EFE reportó desde Puerto Príncipe que “En su cuenta oficial de la red social Twitter, Martelly pidió ayer la “firme intervención de la comunidad internacional” para lograr que República Dominicana negocie las condiciones en que se llevarán a cabo las posibles repatriaciones.

“Reiteró así mismo sus “preocupaciones” expresadas el 3 de julio en Barbados en la Cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom), donde solicitó una solución pacífica a la crisis entre ambos países.

“Haití preferiría mantenerse en la mesa de negociaciones con (República) Dominicana para resolver la crisis pacíficamente”, dijo”.

Deja dicho que el presidente de Haití se quita la careta y pide que las naciones injerencistas, que respaldan los planes macabros contra República Dominicana, intervengan para que nos convenzan de que “negociemos” una decisión soberana, para acotejar a los haitianos.

Valiente e interesante posición la del gobierno de Martelly: que la comunidad internacional nos obligue a negociar nuestra soberanía. Que las decisiones de la ley y la autoridad dominicanas sean sometidas a la discusión y decisión de comisiones binacionales, cuando las mismas tengan que ver con Haití ¡qué cachaza!

Aquel bailarín de estriptís cuya desnudez recorrió el mundo, como representante de la elite civilizada y moderna que gobierna su país a través de los guardias o a través de uno que otro dictador, se viste y demanda que la “crisis” creada por los haitianos que se niegan a recibir a sus conciudadanos, sea resuelta mediante negociaciones.

Del mismo modo que los haitianos emigraron hacia República Dominicana como si esta tierra fuera suya, ahora entienden que, bajo la premisa de que la isla es una e indivisible, ellos tienen derecho a vivir bajo nuestro cielo y sobre nuestra tierra como dueños con los cuales hay que negociar para su repatriación.

A los haitianos se les terminan los padrinos, de esta primera vuelta, porque hasta los países del Caricom deportan los haitianos ilegales que llegan a sus costas, pero los malos somos nosotros. ¡Caramba, qué cosa!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas