El ketchup, un condimento con siglos de historia

El ketchup, un condimento con siglos de historia

Lo conocemos por su inconfundible color rojo, aunque algunas marcas ya han empezado a sacar variedades en verde y morado.  El keptchup, proveniente de una salsa picante china, fue desde el siglo XVII hasta el XX el nombre que se ponía a todos los condimentos que llevaban vinagre. 

El cambio llegó con el empresario norteamericano Heinz, que introdujo el tomate como ingrediente y popularizó su envase. 

Actualmente, tomate, vinagre y azúcar son los ingredientes básicos de una de las salsas más extendidas en el mundo: el ketchup. No se trata de un invento reciente, como podemos pensar en un principio, ya que sus orígenes se remontan al siglo XVII.

A pesar de que estudios médicos indican que su excesivo consumo es perjudicial para la diabetes o la tensión, recientemente se han descubierto propiedades del ketchup debido a la licopina, un elemento que aporta el tomate en su composición, y que funciona como anticancerígeno.

     El kepchup compañero inseparable de las comidas rápidas

Los restaurantes de comida rápida han popularizado el ketchup en prácticamente todos los rincones del mundo. Raro es el país donde no se consuma esta salsa de tomate como condimento casi indispensable para perritos calientes, hamburguesas y patatas.

Estados Unidos es la nación con más aficionados: está presente en el 97% de los hogares, donde sólo aditivos básicos como la sal, el azúcar y la pimienta le llevan la delantera. Pero los orígenes más remotos del ketchup hay que buscarlos en otro continente.

La palabra ketchup viene del chino “ketsiapla”.  Precisamente fue en Oriente donde empezó a usarse una salsa picante para acompañar los platos de carne y pescado, pero entonces su base no era el tomate, sino el vinagre.  Así continuó al llegar a las costas británicas procedente de  Malasia en el siglo XVII, hasta que por fin en 1869 el norteamericano Henry John Heinz (1844 – 1919) le dió su característico color rojo añadiendo al preparado la hortaliza carmesí: el tomate.

El empresario visionario empezó su andadura en el mundo de las conservas con tarros de rábanos transparentes, toda una novedad.  Después de reinventar el ketchup, se lanzó a conquistar el mundo.  Fuera, su producto tuvo una gran acogida, e incluso llegó a abrir una oficina en la misma Torre de Londres.

Gracias a su aporte de tomate el ketchup, además de aportar sabor a las comidas, nos puede ayudar en la prevención del cáncer.  La eficacia depende del tipo de salsa que consumamos. Según un estudio norteamericano divulgado en la revista británica “New Scientist”, las variedades de ketchup hechas con tomates orgánicos tienen el triple de sustancias anticancerígenas que las variedades no orgánicas.

Para aprovechar esta saludable ventaja, debemos decantarnos por los  ketchups de color rojo, y no los más recientes que tienen  tonos verdes o morados.  La razón se encuentra en la licopina, el pigmento que hace que los tomates sean rojos. 

¡Cuidado con las calorías!

Sin embargo, no debemos dejarnos llevar al engaño.  Para otras muchas dolencias el ketchup no es un condimento recomendable.  Su alto grado de acidez lo hace perjudicial para las personas con problemas estomacales,  como gastritis o úlceras. 

Además, los diabéticos e hipertensos deben tener en cuenta su contenido de sal y azúcares. 

El ketchup tampoco es apropiado para aquellos que quieran perder peso.  Por su alta concentración de tomate preparado tiene muchísimas más calorías que el tomate natural.

No es cuestión de apartar el ketchup de nuestra dieta, sino de tomarlo con moderación. 

En el mercado hay todo tipo de marcas, pero si lo hace en casa conseguirá ahorrarse dinero y ganar confianza.  Para litro y medio de ketchup necesita:

EFE-REPORTAJES

Una receta de kepchup

11 libras de tomates maduros
2 cebollas 
Media cucharadita de cayena en polvo. 
4 dientes de ajo
2 palitos de canela en trozos
Una cucharadita de clavos enteros
Una cucharada de pimentón
2 cucharaditas de mostaza en polvo
1/3 de litro de vinagre
1/3 de litro de miel líquida
2 cucharaditas de sal

Preparación:

Cueza los tomates antes de pelarlos para ablandarlos. Luego córtelos en 4 trozos y póngalos al fuego en un recipiente durante 20 minutos junto con las cebollas y la pimienta de cayena. 

Pase todos estos ingredientes por el pasapurés o la batidora y fíltrelos a través de un tamiz. 

Ponga el preparado en una cazuela con una bolsita de gasa en la que incluirá el ajo picado, la canela en trozos y los clavos. Déjelo cocer suavemente sin tapar durante 2 horas. 

Después retire la gasa e introduzca la salsa en los envases que vaya a utilizar. Recuerde que antes de consumir este ketchup casero debe dejarlo reposar 2 días, y que su fecha de caducidad es de un año.

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