El director de grandes producciones de Hollywood Peter Jackson terminó ya su versión moderna de King Kong, el clásico del cine fantástico.
Al momento de estar promocionando la película, después de una agotadora jornada de trabajo el cineasta confiesa que ha estado tratando de hacer King Kong desde que tenía 9 años.

Recuerda que a la mañana siguiente de verla por primera vez empezó a experimentar distintas formas de hacer el personaje y de animarlo.  Luego cuando tenía doce años intentó hacer una remake de King Kong con una Súper 8 “hasta me hice un modelo de Kong en plastilina y otro del Empire State en cartulina”.

Tras filmar varias escenas se dio cuenta de que era un proyecto demasiado ambioso en relación con los medios que disponía y lo abandonó para volver a la carga en el 1986, ya con un proyecto escrito que en principio fue aceptado y luego vetado por Universal.

Fue el éxito que logró con su trilogía de El Señor de los Anillos que Jackson logró la credibilidad y el repunte que le permitió cumplir su sueño de hacer su propia versión de King Kong.

Eso sí, ambientada en el 1933 y con la inolvidable escena de King Kong escalando el Empire State mientras es atacado por los aviones “el hecho de que la historia esté ambientada en la década de los treinta ayuda a creer que todavía queda una isla que no ha sido descubierta en la que existen dinosaurios y un simio gigante”.

“Nuestra filosofía con respecto a cómo lograr que la audiencia acepte estos seres fantásticos es que es muy importante que el resto de la historia sea tan real como sea posible. Para Kong nos basamos en un gorila de verdad y para reconstruir el Nueva York de los 30 estudiamos fotos y mapas de la época. Construimos toda la isla de Manhattan en el ordenador tal como era en 1933. Esos elementos tan realistas sirven para que la fantasía funcione en el film. Una cosa equilibra la otra”, explica.

 El King Kong de Orson Welles sigue siendo para el director de El Señor de los Anillos “un gran clásico del cine”.