Los charamicos son parte de la Navidad criolla. La avenida Winston Churchill gana un especial encanto a finales de año con los coloridos complementos decorativos hechos de bejuco de olivo y madera.
Y es que además de su originalidad el uso de charamicos para decorar cada final de año supone muchas ventajas por encima de las demás opciones; su diseño artesanal, colores llamativos y resistencia a la intemperie hacen que este sea fácil de adaptar en los espacios tanto de interior como de exterior.
Variedad. En la actualidad se fabrican conos, cestas, canastas, estrellas, bolas, nacimientos, ángeles y burritos, todos estos pintados en colores no tradicionales, ya que en sus inicios los colores usados eran el rojo y el verde, ahora se han incluido el gris, dorado; morado, blanco y naranja.
Materia prima. La mayoría de los bejucos y palos con que se hacen los charamicos vienen de los montes de la autopista Duarte que se forman a partir de los kilómetros 25 y 36.
El árbol más usado es el olivo, cuyas ramas suelen tener muchas hojas pequeñas.