La elección de León XIV, anteriormente conocido como Robert Francis Prevost, ha generado un profundo impacto en la comunidad católica. Su trayectoria en la Orden de San Agustín, donde se desempeñó como Prior General, dejó una huella significativa entre los jóvenes agustinos, quienes lo recuerdan como un líder cercano e inspirador.
La periodista Nazaret Espinal, quien lo conoció durante un Encuentro de Jóvenes Agustinos en Santo Domingo, describe a Prevost como alguien distinguido por su humildad y compromiso.

«Lo recuerdo muy cercano, de primera impresión algo tímido y reservado, pero despertaba entre los jóvenes mucha admiración y respeto», expresó Espinal al Periódico Hoy.
Prevost ha sido reconocido por su énfasis en la fraternidad y el seguimiento de Cristo a través del carisma agustiniano. En su primer discurso como papa, reafirmó su identidad dentro de la orden al declarar:

«Soy hijo de San Agustín, agustino, que dijo: ‘Con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo'».
La Orden de San Agustín, fundada en el siglo XIII, se basa en la vida comunitaria y la caridad, principios que han guiado la formación de León XIV. Su liderazgo promete un enfoque basado en la cercanía y el servicio, reflejando la esencia de la orden que lo formó.