El lado oculto de lo que nos afecta

<p>El lado oculto de lo que nos afecta</p>

JOSÉ LOIS MALKUN
En los Estados Unidos, es normal, para no decir obligatorio, que cuando se explora el comportamiento de un fenómeno social o económico que afecta a los ciudadanos, este debe analizarse con una montaña de datos y referencias que sustente los análisis y conclusiones a la que usted quiere llegar. No quiero hablar de la distancia que nos separa de los Estados Unidos en esta materia, porque es más grande que la misma brecha tecnológica. Aquí cualquier loco viejo hace una declaración antojadiza sobre un tema determinado sin preocuparse en los mas mínimo de documentar o investigar sus planteamientos.

Por ejemplo, si a cierto personaje se le ocurre contrarrestar la descarga noticiosa de los medios de comunicación que resaltan a diario la ola criminal que nos invade, de repente ese personaje le anuncia al país que por los esfuerzos de la Policía Nacional, que aumentó sus efectivos significativamente, esa criminalidad se esta reduciendo.

Pero otro mas versado en la materia dice que esa reducción del crimen (que solo existe en la mente de estos politiqueros farsantes) es por el cierre de los centros de bebidas alcohólicas a las 12 de la noche, implorando para que el horario sea hasta las 10 de la noche ya que con eso el crimen desaparecerá.

En fin, como son falsas las informaciones sobre la reducción del crimen (ya que todas las evidencias muestran lo contrario) también son falsos los argumentos de que con más policías o con menos horas para beber alcohol el crimen se reducirá. Aquí, la propia contradicción entre causa y efecto, invalida todas esas declaraciones.

Pero volviendo a los Estados Unidos, veamos hasta donde llega la búsqueda de la verdad de las cosas sin que con ello pretendamos abrir una polémica moral o religiosa. Es cuestión de pensamiento.

Dos economistas norteamericanos, Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, publicaron recientemente (2004) un libro titulado FREAKONOMICS (2006 en español). Sus planteamientos han conmocionado a la comunidad científica de ese país ya que los pensamientos «endemoniadamente inteligente y sagaz» de sus autores, como lo describe la editorial, permiten como ver a través del caos. En otras palabras, han cambiado la forma en que vemos el mundo.

Solamente tomaremos uno de los ejemplos que nos ofrece este libro para entender de qué estamos hablando.

La reducción del crimen observada en los Estados Unidos en los últimos 20 años (un 40% promedio), ha sido analizada de muchas formas y con aparente sustentación. Los asesinatos al principio de los 90 eran alarmantes en la mayoría de las grandes ciudades pero a partir del 95 comenzaron a disminuir progresivamente. Muchos trataron de explicar la lógica de este comportamiento. Unos argumentaron que fue la estrategia policial implementada en la ciudad de New York donde los crímenes descendieron de 2245 en el 1996 a 560 en el 2003. Fue en la época en que el Alcalde de esta ciudad Rudolph Giuliani y el jefe de la Policía William Brattón se hicieron famosos y elogiados por la prensa. Otros mencionaron el control de armas como una de las causas del descenso de la criminalidad donde se comprobó que efectivamente este descenso en el crimen coincidía con las nuevas leyes sobre el control de armas de fuego.

Estas teorías como, dicen los autores «pasaron a formar parte de la sabiduría convencional». Pero ninguna era cierta. Y concluyen demostrando, con un riguroso análisis, que la reducción del crimen a partir del 95 había tenido su origen 20 años atrás e implicaba a una joven llamada Norman McCorvey (Jane Roe). Esta mujer, que se debatía en la pobreza y poseía poca educación, intento sin éxito el aborto, ya que sus dos hijos anteriores los había entregado en adopción. Llevó el caso a la justicia y de ahí al más alto tribunal de los Estados Unidos el cual terminó con un fallo que favoreció a Jane Roe. Esto conmovió a todo el país. Y los autores muestran que la legalidad del aborto bajo ciertas condiciones, a partir de ese entonces, evito el nacimiento de muchos niños y niñas que se convertirían en criminales, por no tener sus madres las condiciones mínimas para darle una alimentación y una educación adecuada. Por eso el crimen comenzó a descender 20 años después.

Es necesario leer el libro para profundizar en el análisis de este y otros temas. Les fascinará ver el enfoque de los «incentivos» (muy de moda en nuestro medio) y como estos tienen un efecto contrario a lo que se proponen. Pero sorpréndase con lo que tiene en común un maestro de escuela y un luchador de sumo (japonés) o lo que asemeja a un grupo de agentes inmobiliarios con el Ku Klux Klan. Esta lectura no tiene desperdicio y nos muestra cuan lejos estamos de entender el lado oculto de lo que nos afecta.

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