El lado oscuro de las almendras

El lado oscuro de las almendras

Estudios nutricionales realizados durante los últimos años sobre las almendras revelan que su consumo es beneficioso para prevenir numerosas enfermedades, sobre todo cardíacas, pero también disminuye el riesgo de padecer cáncer y artritis y ayuda a combatir el sobrepeso, debido a su poder saciente.

Su lado oscuro. Sin embargo, este fruto seco también cuenta con un lado oscuro, de cariz ecológico y que se obvia en la mayoría de estudios, subyacente al disparatado consumo actual. No hay la suficiente agua para seguir produciendo almendras a este ritmo, como pone de relieve el especialista James Hamblin en un artículo publicado en The Atlantic, y como han denunciado también algunas organizaciones españolas de agricultores.

Puede secar ríos y pozos. Las consecuencias de la producción extensiva de almendras no se limitan sólo a la sequía de ríos y pozos, sino al también al deterioro de las infraestructuras de transporte, amenazadas por el bombeo excesivo de los acuíferos.

Unas pérdidas no sólo están provocando daños económicos, sino también medioambientales. Como denunciaban los periodistas de investigación Alex Park y Julia Lurie en un reportaje publicado en Mother Jones, para producir un kilo de almendras se requieren casi cuatro litros de agua.

Unas necesidades que están amenazando el suministro de agua en ciertas zonas, debido a la sequía de los acuíferos subterráneos a los que se recurre para producir almendras. Asimismo, se está poniendo en peligro la vida de la fauna acuática, principalmente de los salmones debido a la bajada de los caudales de los ríos por su desvío a las plantaciones de almendros.

A pesar de las preocupaciones ecológicas que plantea la cosecha masiva de almendros, como está ocurriendo en California, ni las autoridades ni los productores parecen estar dispuestos e renunciar a este suculento negocio: el precio de la almendra se ha duplicado en los últimos cinco años a la par que se multiplicaba la demanda. Sin embargo, las consecuencias no se limitan sólo a la sequía de ríos y pozos, sino al también al deterioro de las infraestructuras de transporte amenazadas por el bombeo excesivo de los acuíferos, como han documentado Park y Lurie.

Desaparición de abejas. Otra de las sombras que genera la producción intensiva de almendros tiene que ver con la desaparición de abejas. Estos insectos son necesarios para polinizar la planta y se ha creado todo un mercado para comerciar enjambres. Según los cálculos del departamento norteamericano de agricultura, la industria californiana requiere 1,4 millones de enjambres para su mantenimiento.

El consumo de almendras pues, tiene unos altos beneficios nutricionales, y su consumo es más que recomendable. Sin embargo, si la demanda continúa multiplicándose como en los últimos años, o bien se disparará su precio para mantener las cotas de producción, o bien se convertirán en otro caballo de troya del cambio climático.

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