El Lago Enriquillo: una respuesta regional

El Lago Enriquillo: una respuesta regional

El gobierno del PLD no transformó el Consejo Nacional de Desarrollo en un instrumento real de planificación y perdió una oportunidad de sentar juntos empresarios y representantes de las diferentes regiones, para escuchar las necesidades del país “invisible y silencioso”. Por razones políticas evidentes, formó algunos consejos provinciales de desarrollo que nunca pudieron convertirse en instrumentos de planificación sino de propaganda.

Ineficaces y politizados, esos consejos sufren de inoperancia por ser delimitaciones meramente administrativas: con la provincia se elige un senador, independientemente del nivel poblacional, Santo Domingo vale como Pedernales. Del Ministerio de Economía salió un documento llamado Plan Nacional de Desarrollo y hoy ese Ministerio se apura para su aprobación en el Congreso. Los planes de desarrollo, regional o nacional, deben funcionar como “ascensores” de arriba (estrategias nacionales) hacia abajo (para su adaptación a situaciones regionales y locales).

De no ser así, no pueden reparar situaciones de desigualdad, de desequilibrios, presupuestarios, de necesidades de desarrollo local (creación de empleos) de déficit de servicios (educación, salud, viviendas sociales). La resultante actual del desbordamiento constante del Lago Enriquillo, de las lagunas que lo rodean necesita una respuesta regional de planificación.

Los políticos deben escuchar los científicos, porque las pérdidas de infraestructuras físicas costosas como Aduanas, carreteras, viviendas y las pérdidas económicas como tierras agrícolas y ganadería, transporte y comercio, deben convencerlos de la necesidad de  una respuesta regional de planificación: buscar alternativas políticas y sociales para paliar una grave crisis ambiental de donde se desencadenarán nuevas problemáticas ambientales.

No importan las causas, es  la hora de las decisiones, buscar respuestas que garanticen la continuidad de la permanencia de esas poblaciones en una región afectada por condiciones climatológicas, pedológicas, hidrológicas tan especial que transformaron poblaciones de agricultores en “pescadores” (lo contrario de las “devastaciones de Osorio).  Adaptarse urgentemente a esas nuevas condiciones obligan a emprender  caminos de la creatividad, de la complementariedad, de la concertación y de la osadía conjuntamente con el gobierno haitiano, ya que los lagos Azuei (Saumatre) Leogane y nuevas lagunas nos demuestran que la situación ambiental de la zona es transfronteriza y apela a estrategias binacionales.

La subregión Enriquillo  debe aprovechar esa oportunidad para definir  las líneas regionales de un “desarrollo fronterizo” compartido, donde las dos naciones unan sus esfuerzos para responder inteligentemente a una nueva situación geográfica, no ausente de peligros.

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