El largo camino de Danilo

El largo camino de Danilo

Se ha planteado que la educación es la solución a los casos de violencia de género, que incluye feminicidios, violaciones a niñas y negación del derecho de las mujeres a interrumpir un embarazo no deseado.

Se propone que mediante un proceso educativo los hombres discapacitados mentalmente para aceptar igualdad de derechos entre mujeres y hombres, los violadores y las leyes machistas, desaparecerán.

Hasta aquí nos quedamos con la educación como arma primaria contra la llamada violencia de género, pero la triste realidad es que sus resultados se perciben habitualmente a largo plazo y para que un hombre respete a su compañera de vida y resuelva sus conflictos de celos e infidelidad, sin violencia, no existe curso, taller, seminario o reunión de horas, semanas o meses que pueda garantizarlo, porque el origen de su conducta se remonta a su hoja completa de vida, el aporte de su educación doméstica y la sociedad donde se desarrolló.

Las penas máximas, con garantía y obligatoriedad de cumplimiento, son los mensajes inmediatos para los potenciales criminales, pues entienden, aún en forma burda o empírica, que “por esto me sale aquello” y sabrían a qué atenerse.

Si en términos de corrupción, violación de las leyes y respeto a las instituciones no se educa con el ejemplo de los castigos memorables, los criminales de todas las categorías creerán siempre que en nuestro país se puede cometer cualquier atrocidad y no se castigarán. Por eso he dicho y repetiré sin cansancio, que si el Presidente Medina no se convierte en garante del respeto absoluto a las leyes, su paso por el poder dejará todo igual, sin ninguna huella provechosa.   

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