CIUDAD DE MÉXICO — El viaje del expresidente boliviano Evo Morales a México, que le dará asilo, se convirtió en un periplo que incluyó escalas y rutas casi inverosímiles para trasladarlo a destino.
El canciller mexicano Marcelo Ebrard explicó el martes por la mañana, con la aeronave todavía sobrevolando aguas internacionales rumbo a la Ciudad de México, que el avión mexicano llegó a Lima el lunes para, desde allí, esperar el permiso de Bolivia para recoger a Morales.
Pero cuando se le permitió despegar y la aeronave militar ya estaba en vuelo, el permiso para aterrizar en territorio boliviano fue revocado y tuvo que regresar a la capital peruana y esperar que las fuerzas armadas de Bolivia dieran su autorización.
El retorno también fue complicado. Perú prohibió el regreso por Lima, como estaba previsto en un principio, con lo que el despegue de la aeronave con Morales a bordo tuvo que retrasarse. Ebrard relató que fue un momento de gran tensión y que, de haberse prolongado, podría haber puesto en riesgo la integridad de Morales. “Eso fue muy difícil, muy tenso”, agregó.
Finalmente Paraguay aceptó que el avión parara en Asunción para abastecerse de combustible y de ahí partió rumbo a México pero no por la ruta más lógica y directa, ya que algunos países cerraron su espacio aéreo.
El aterrizaje del expresidente en la capital mexicana está previsto para cerca del mediodía.
Bolivia entró en un vacío de poder e incertidumbre política tras la renuncia de Morales a la presidencia presionado por el ejército y después de semanas de protestas masivas y denuncias de supuesto fraude en los últimos comicios presidenciales. También renunciaron todas las autoridades que, según la constitución, estaban facultadas para sucederlo.
Ebrard dijo que dos personas acompañan a quien fuera el primer presidente indígena del país andino, aunque no ofreció sus identidades.