El líder de Ecuador gana tiempo
para reestructurar deuda

El líder de Ecuador gana tiempo <br/>para reestructurar deuda

 Con un cupón de bonos globales por US$135 MM vencido, el presidente Rafael Correa está jugando con los mercados

escribe HAL WEITZMAN
En Quito
Rafael Correa no ha tenido una buena luna de miel.
El presidente de Ecuador completa esta semana un primer mes en el cargo, que ha estado marcado por choques violentos entre sus partidarios y las fuerzas de seguridad; batallas en el Congreso por la reforma política y propuestas de reducciones en la ayuda anti-narcóticos de Estados Unidos.

Sin embargo, las cosas pusieran empeorar mucho más. La administración de Correa indicó el lunes que, como se esperaba por casi todo el mundo, no pagaría el cupón de US$135 millones de bonos globales que vence el jueves. Aunque Quito ha señalado que efectuará el pago de intereses dentro del periodo de gracia de 30 días, los analistas se están preguntando si eso sencillamente demorará lo que algunos ven casi como un incumplimiento inevitable del pago.

“Dada la retórica del gobierno sobre la reestructuración, es difícil imaginar un panorama en el cual no incumpla con el pago”, dice Lisa Schineller, una analista de crédito de Standard & Poor´s, la agencia calificadora de EEUU.. “Una vez que se disponen a poner un plan sobre la mesa, a menos que estén proponiendo darle a los tenedores de bonos el valor nominal total a las tasas de interés del mercado, estarán en `default´”.

Correa fue elegido el año pasado con el compromiso de reestructura la deuda del país de US$10 millardos. Desde que tomó el mando, reiteradamente se ha negado a exponer sus planes, y ha optado por hacer desarrollar un juego de adivinanzas con los mercados.

Por una parte, Correa y Ricardo Patiño, su ministro de Finanzas, han dicho muchas veces que la deuda es “ilegítima”, que la reestructuración es “irreversible” y se han negado a excluir el default, o un plan de deuda “a lo argentino”.

Hasta cuando presentó las propuestas del presupuesto que separó el 28% del gasto público para pagar la deuda, Patiño insistió en que “se estaba reservando el derecho a pagar o no estas obligaciones”, añadiendo: “Nuestro compromiso será pagar salarios, educación y salud a tiempo”.

Al mismo tiempo, ha recalcado en que pagar la deuda sigue siendo una opción; ha llamado reiteradamente a sostener una renegociación “amistosa”, y dice que él no quiere que la reforma de la deuda termine en los tribunales.

Por momentos, durante el mes pasado, Patiño insinuó que propondría un “recorte” entre 40% y 60%. Estos son indicios, sin embargo, de que puede estar reconsiderando seguir el consejo de los asesores argentinos, que le dijeron a Quito que Ecuador -con una deuda relativamente baja en la relación deuda/PIB- no debería elegir la cesación de pagos.

Guillermo Nielsen, el ex secretario de Finanzas de Argentina, que fuera un miembro importante del equipo de asesores, dice: “El default no es la solución para Ecuador”.

Walter Spurrier, un analista económico en Guayaquil, dice: “El gobierno se sorprendió al escuchar eso por parte de los argentinos, y ahora regresaron a la primera página. No habían valorado debidamente en las consecuencias de lo que querían hacer y ahora no están listos, ni mucho menos, para presentar un plan de reestructuración”.

Correa pareció confirmar esto el pasado fin de semana, cuando dijo que la presentación del plan de reestructuración tendría que esperar mientras su gobierno concentra sus esfuerzos para convocar a un referéndum sobre la reforma política.

 “Primero tenemos que aprobar el referéndum”, dijo Correa en su alocución radial semana el sábado. “Hemos dicho que vamos a reestructurar la deuda externa y lo vamos a hacer, pero tenemos que tener cuidado de no combatir en demasiados frentes [a la vez]”.

Eso significa que si bien se espera que Patiño el jueves aclare sus planes sobre el sistema de pago semestral de cupones por los bonos 2030, lo más probable es que los inversionistas tengan que esperar meses por el plan de reestructuración.

Una razón para no incumplir de una vez en el pago de esta semana es que el gobierno no desea precipitar la presentación de ese plan. Sin embargo, también hay otros dos buenos motivos para que Correa incumpla la fecha tope del jueves.

Primero, pagar tarde funcionaría bien para fines internos. Correa es un izquierdista radical y aliado del venezolano Hugo Chávez, y su retórica electoral se centró en su oposición al neoliberalismo; en el cargo, ha dado mucha importancia a la necesidad de pagar las “deudas sociales”, antes que las comerciales.

El presidente no quiere que se le vea muy ansioso por pagar deudas externas, antes que a los pobres. Los ecuatorianos ya han recibido sus pagos por bienestar social y los empleados públicos sus salarios mensuales.

Segundo, mientras que si paga dentro del periodo de gracia, eso no constituiría técnicamente un incumplimiento, enviaría una señal a los mercados internacionales de que Quito habla en serio de la reestructuración, y sobre la prioridad del gasto social.

En la medida que los bonos soberanos ecuatorianos han caído des la victoria electoral de Correa, los mercados han ido incluyendo en el precio una demora en el pago, por lo que el impacto puede ser mínimo..

En cualquier caso, ya Wall Street está mirando más allá de la fecha tope del jueves para la forma y el momento probable de la propuesta de reestructuración del gobierno.
VERSION IVAN PEREZ CARRION

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