Su nombre aparece como la primera pianista dominicana que actuó en los más exigentes escenarios de todos los tiempos: Nueva York, París, Moscú. Floralba Del Monte, aclamada desde hace varias décadas por un público y una crítica embriagadas ante su excepcional fuerza interpretativa, ha sido esta semana que termina honestamente homenajeada por colegas, discípulos, amigos y familiares.

Sus más de cincuenta años de profesionalismo, cuarenta de ellos dedicados al magisterio musical de su país, son la mayor evidencia de su fructífera vida.

Floralba fue la primera dominicana admitida y graduada en el Conservatorio Nacional Superior de Música de París. En 1950 figura como la primera artista clásica dominicana que se presenta en conciertos en Nueva York, consolidando su nombre en la ciudad estadounidense. Por esa misma época recibe la acogida de la “crema y nata” del mundo artístico de París, siendo también la primera clásica dominicana en ser adoptada por la Ciudad Luz.

Su productiva vida profesional no fue obstáculo para que Floralba, casada en 1955 en París, con el médico, intelectual y diplomático dominicano Víctor Manuel Soñé Uribe, entonces Cónsul General dominicano en Francia procreara seis hijos.

Históricos conciertos en el país, Estados Unidos y Europa marcan su trayectoria artística. Como mentora de la escuela pianística más importante de la historia musical del país, impartió clases a varias generaciones de pianistas que pasaron por el Conservatorio Nacional de Música, donde por más de 40 años fue profesora, decana y jefe de la Cátedra de Piano y directora por más de 10 años. También asumió los cargos de catedrática de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, y un sinnúmero de posiciones directivas, cargos honorarios y representaciones oficiales en el país y en el extranjero.

Innumerables han sido asimismo los honores que ha recibido en reconocimiento a su trascendental aporte, Floralba Del Monte es una de las grandes personalidades dominicanas del siglo XX.