El legado de los hippies

El legado de los hippies

El fenómeno de los hippies fue un movimiento espontáneo que surgió especialmente en el mundo anglosajón, en los años 60.
Los hippies fueron una respuesta al fundamentalismo evangélico de la sociedad americana, el cual giraba alrededor de estos cinco ejes centrales: legalismo (no fumar, no bailar, no alcohol, no cine), machismo (el varón como jefe), racismo (iglesias para blancos, e iglesias para negros), escapismo (¡Cristo viene!), y anticomunismo militante.
Los hippies se fueron justo al extremo contrario: “amor libre” y “mariguana; feminismo radical; “comunas” abiertas; no exclusión por raza ni posición social; esoterismo, y una cierta dosis de anarquismo político. Dos millones de adolescentes y jóvenes abandonaron sus hogares para ir a las calles a vivir en comunas, en las que podían tener sexo con hombres o con mujeres, con personas solas o en grupos, en fin de cuentas, ¡amor libre! Fue el tiempo cuando el matrimonio tradicional despertaba sospechas, y se comenzaron a buscar nuevos arreglos, como matrimonio abierto, o matrimonio en grupos.
El lado positivo fue una ruptura con la formalidad, a favor de la informalidad; oposición a la sociedad tradicional de saco y corbata, toga y birrete, y uniformes escolares rígidos y austeros, y, una crítica a la hipocresía social, que apoyaba la guerra de Vietnam, pero en lo privado exigía respeto a la ley. También fue una crítica contra la explotación en las fábricas, por empresarios que eran fieles miembros de la iglesia.
En el festival de Woodstock (1969) se rompieron las amarras, y durante un fin de semana millares de jóvenes se reunieron a disfrutar de sexo, música rock, y a consumir mariguana, y, para dar el toque místico se invitó a un gurú oriental a tener la disertación central. Fue la justa protesta contra el status quo evangélico fundamentalista.
El asesinato de la actriz Sharon Tate, por la comuna de Charles Mason, conmovió a la sociedad americana provocando un reflujo del hipismo, aunque también hubo una vuelta a la realidad, pues había que comer y vestir, y las comunas dejaron de ser un lugar sostenible.
Es importante ver el nuevo mundo que la revolución hippie ha traído: 1) SIDA, desde 1983; 2) violencia creciente, intrafamiliar y social; 3) fallas éticas en el liderazgo empresarial y político, como se vio en la reciente crisis bancaria, y 4) crisis de la familia nuclear, sustituida por arreglos menos favorables, como es la familia uniparental y la familia unipersonal (personas viviendo solas), todo lo cual define a los Estados Unidos como una sociedad decadente.
La trampa es que, después del hipismo, aparecen intelectuales con las mismas consignas convertidas en ideología, y ese es el post modernismo. De ahí viene una mente que no quiere reglas, que rechaza los absolutos, que no tolera la familia tradicional, y que se burla del sueño de un mundo mejor, todo lo cual abre las puertas al esoterismo, y a “nuevas formas de religiosidad”, incluyendo Islam y vudú.
Al mismo tiempo se produce la crisis en las ideologías, pues el marxismo no será igual después de la caída del muro de Berlín, ni el capitalismo podrá hablar más de aquella supuesta “mano invisible”, después de la crisis bancaria en los EUA. Este vacío se llena con el post modernismo que nos legaron los hippies, y esto tiñe todo las ideologías, de modo que los progresistas no tienen más alternativa que la agenda gay, el derecho a decidir, y la ideología de género, relegando a un último plano, la familia, la soberanía nacional, o las conquistas obreras.
El gran problema de la post modernidad que trajeron los hippies es que derrotó la modernidad sin tener un buen relevo para poner en su lugar.

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