El legado de un dictador

El legado de un dictador

BRASILIA, (AP) _ Alfredo Stroessner, quien gobernó al Paraguay con mano dura durante 35 años antes de ser derrocado en 1989, falleció el miércoles en un hospital de esta capital donde vivió asilado por 17 años. Tenía 93 años. Stroessner falleció en el hospital Santa Luzia, al sur de Brasilia donde vivió su exilio sin hacerse notar demasiado. Sus vecinos apenas lo veían salir de su hogar a las orillas del lago Paranoa.

Su toma del poder en 1954 por un golpe de estado acabó con el desfile de 44 presidentes que había tenido Paraguay desde 1870. Al comienzo, pocos pensaban que Stroessner duraría en el gobierno. Sin embargo, fue hasta 1989 cuando otro militar le puso fin a su dictadura.

Con sus 35 años en el poder, el general Stroessner fue en su época el jefe de estado más perdurable en el hemisferio occidental. Luego lo superaría Fidel Castro.

Bajo sus conducción, Paraguay hizo algunos progresos, pero sus detractores adujeron que favoreció a los ricos y lo acusaron de represión y corrupción.

Stroessner decretaba elecciones cada cinco años, y la escasa oposición que el general permitía denunciaba fraudes en los comicios. El general llegó a ser sinónimo de estabilidad y relativo progreso en un país conocido por su continuo estancamiento económico y turbulencia política.

Stroessner gobernó con una mezcla de fuerza, astucia e influencia. Era una presencia constante, su nombre era llevado por escuelas, calles y su retrato se veía por doquier.

De cabellos rubios, hijo de un inmigrante de la entonces Baviera y de madre paraguaya, Stroessner aparecía en cientos de actos al año para inauguraciones de eventos y otras ceremonias. También solía servir de testigo en matrimonios, incluso en los de personas totalmente extrañas.

Su estampa estaba en todos los rincones de Paraguay. Stroessner puso su nombre en escuelas, edificios del gobierno y en el aeropuerto internacional de Asunción. Un importante puerto fluvial fue bautizado como Puerto Stroessner, ahora llamado Ciudad del Este.

Durante su estadía en el poder, un enorme cartel de neón dominaba la plaza central de la capital con el siguiente mensaje: «Stroessner: Paz, Trabajo y Bienestar’’.

En sus innumerables discursos, que a veces duraban varias horas, describía detalladamente sus proyectos de obras públicas.

Uno de ellos fue el embalse de Itaipú, el proyecto hidroeléctrico más grande del mundo, construido en asociación con Brasil y con un costo de 16.000 millones de dólares. La usina comenzó a funcionar a principios de 1985.

Líder anticomunista y cercano aliado de Estados Unidos, Stroessner recibió un duro golpe en 1986 cuando el gobierno de Ronald Reagan colocó a su país en la lista de dictaduras de América Latina.

El ex mandatario paraguayo describía a todos sus opositores como subversivos marxistas que pretendían devolver al país a un caos político.

Bajo su férreo mando, Paraguay se volvió refugio de criminales nazis, entre ellos el macabro médico de las SS en Auschwitz, Josef Mengele, quien vivió entre la numerosa comunidad alemana en Paraguay por un tiempo antes de trasladarse a Brasil. Allí también vivieron otros dictadores como Anastasio Somoza, de Nicaragua, quien fue asesinado en una calle de Asunción.

«No tenía problema alguno en otorgar refugio a la gente con sangre en las manos’’, dijo Aaron Breitbart, investigador del Centro Simon Wiesenthal de Los Angeles. «Su muerte no es ninguna pérdida para los derechos democráticos en Paraguay’’.

Stroessner decía que su longevidad era producto de hábitos espartanos y una agenda intensa. Su distracción preferida era la pesca en el río Paraná, en un rancho de su propiedad ubicado frente a la ciudad argentina de Ituzaingó; fumaba cigarrillos importados, bebía poco, jugaba a los naipes con sus amigos, se levantaba antes del amanecer para trabajar y esperaba lo mismo de sus colaboradores.

El malestar público con su régimen comenzó a evidenciarse a mediados de los 80. Los manifestantes y la policía llegaron a enfrentarse en las calles de Asunción, algo impensable años antes.

Un importante segmento del gobernante Partido Colorado, su principal herramienta de control político, comenzó a acusarlo de represión y tácticas dictatoriales, y su régimen comenzó a debilitarse.

En diciembre de 1988, Stroessner ordenó el retiro de muchos oficiales militares. Algunas semanas después trató de forzar el retiro del comandante de la unidad más poderosa del ejército, el general Andrés Rodríguez, y cerrar un rentable negocio que éste poseía.

Rodríguez, quien era consuegro de Stroessner, se rebeló el 2 de febrero, y envió a sus soldados con tanques y cañones hacia el cuartel del Estado Mayor General, donde el general se refugió. Stroessner se rindió antes del amanecer y se exilió en Brasil.

Nació el 3 de noviembre de 1912 en el puerto de Encarnación, a las orillas del río Paraná. Tras graduarse de la academia nacional militar en 1929, partió al frente de batalla en la Guerra del Chaco contra Bolivia. Al final del conflicto regresó con la graduación de teniente. Stroessner no tuvo participación destacada en la guerra y sus camaradas, que pasaron a retiro, recordaban que durante un ataque boliviano había abandonado un mortero.

Años después fue escalando rápidamente en los rangos hasta llegar a general a los 40 años. Estudió tácticas militares en Brasil y alcanzó la jefatura del jefe del ejército en 1951. Fue parte de la primera remesa de oficiales/estudiantes de la flamante Escuela de Guerra, de Brasil, en 1946.

En sus primeros años con graduación alta en el ejército simpatizaba con el Partido Colorado pero no fue miembro del mismo aunque en la década del 50 fue nombrado presidente honorario, distinción que no fue anulada nunca.

Siendo jefe de alto rango tuvo la oportunidad de presenciar varios golpes y revoluciones en Paraguay. En 1954 él mismo lo intentó.

Federico Chávez, que había sido presidente durante cuatro años, ordenó el arresto de un mayor por supuesto complot. Stroessner defendió al mayor y el ejército lo apoyó.

El civil Tomás Romero Pereira asumió el poder el 8 de mayo, pero Stroessner, que entonces contaba con 40 años, dominaba el gobierno y fue electo presidente dos meses después sin oposición alguna.

Entre 1954 y 1958, Stroessner fue desmantelando de forma sistemática a la oposición y aplastó cinco intentonas golpistas.

Precisamente, en 1958 disolvió el Parlamento porque sus miembros lo habían criticado en una sesión pública y en los dos años siguientes aplastó cruelmente a dos grupos pequeños de paraguayos en el exilio que habían ingresado desde Argentina, en calidad de guerrilleros, buscando derrocarlo.

Desde que asumió el poder en 1954 era conocida su amistad con el ex líder argentino teniente general Juan Domingo Perón, a quien dio refugio cuando lo derrocaron en 1955. Perón lo visitó al regresar del exilio en 1973.

La policía civil y militar detuvo a miles de opositores, amparados en el estado de sitio que decretó al llegar al poder, y que renovaba cada 90 días.

Grupos de Derechos Humanos dijeron que muchas personas fueron torturadas y asesinadas en esos años. Otros fueron encarcelados indefinidamente, acusados de crímenes políticos o forzados a exiliarse.

Conforme fue decreciendo la oposición, el Partido Colorado se convirtió en una gigantesca red política que llegó a todos los rincones del país.

Todo el personal militar y funcionarios públicos, incluyendo a los profesores, eran obligados a portar la tarjeta de afiliación al partido. Las purgas eran comunes, con informantes denunciando a cualquiera que sospechara de estar en desacuerdo con «el único líder’’.

Stroessner, para cooperar en los años 70 con los gobiernos militares que dominaban a países del Cono Sur, adhirió al denominado Operativo Condor, un programa ilegal y secreto para la represión, apresamiento e intercambio de disidentes, del que participaron las dictaduras de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile y Brasil.

Justamente, en Paraguay aparecieron archivos del Operativo Cóndor en 1992. La documentación clasificada con ayuda financiera de los EEUU se encuentra en el Palacio de Justicia. Es conocido como «El Archivo del Terror’’.

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