El lenguaje del
dolor en los bebés

El lenguaje del <BR>dolor en los bebés

El llanto de un niño puede llegar a ser muy molesto, mucho más si se ignora que cuando son de edad muy tierna, ésta es su única forma de comunicar que algo le está causando  malestar.

Según el pediatra Edgar Allan Vargas, el llanto es la única forma que los bebés tienen para comunicar el dolor, y  la madre aprenderá ese lenguaje sin que nadie le enseñe, de la misma forma en que aprende a amamantarlo.

Pero siempre hay excepciones. “Algunas madres aprenden rápidamente a diferenciar cuándo el bebé llora por hambre, por un gas o un cólico, pero hay otras que son ansiosas, no quieren escuchar lo que le quiere decir el niño y entran en un círculo: creen que todo el llanto es por hambre y sólo responden alimentándolo, lo que produce más cólicos, más gases; se entra en un círculo vicioso. Esa ansiedad provocará más situaciones desagradables porque ella no ha aprendido a entender lo que el niño está diciendo”, comenta Vargas.

¿Cómo se identifica?  Si bien existe una comunicación especial entre madre e hijo, hay cambios que permiten diferenciar cuándo el niño está llorando por hambre o por dolor.

Vargas señala que cuando el bebé llora por hambre lo hace como un timbre o con una intensidad leve y al darle a succionar el alimento, se calma. El llanto del gas es muy parecido al llanto del hambre. “Son llantos intermitentes. Tú le das a comer, él succiona -el pezón o el biberón-, luego suelta y llora y repite la acción. Su barriga puede estar flácida o un poco tensa”, dice.

A diferencia de esto, cuando se trata de un cólico, el niño presenta un llanto continuo y en tono alto, se pone tenso, la madre intenta alimentarlo y no se calma; rechaza la comida, se ve rojo e  irritable. “Ese es un dolor fuerte. Muchas veces las formas del llanto y  la posición del niño, te van a dar señal de que algo no está bien”, apunta.

Cuando no es dolor.  El llanto del recién nacido alerta que algo está mal, pero también puede ser que simplemente necesiten algo. El llanto también lo usa para “decir” que está incómodo, aburrido, que desea que lo carguen, que el pañal le aprieta o está sucio. Por eso, la primera actitud ante el llanto debe ser identificar la razón y tratar de calmarlo.

“Esa actitud negativa de que es ñoñería, ‘déjalo que llore para que no se acostumbre’, es un poco cruel y puede tener repercusiones psicológicas. Cuando acudimos al llanto de un niño y lo calmamos con simples acciones como cambiarlo de posición, arrullarlo, cargarlo, le estamos dando una seguridad que va a repercutir en un futuro y va a aumentar el lazo afectivo entre padre e hijo o la persona que le esté dando el apoyo en ese momento. Algunos lo ven como cariño, pero yo creo que es más seguridad, que en el futuro se va a reflejar en la personalidad de ese ser, que le va a ayudar a ser más condescendiente con el dolor, porque  desde pequeño estaba recibiendo apoyo cuando le dolía algo”, dice Vargas.

Ruidos monótonos.  Cuando el niño llora y se han agotado todos los métodos, hay ruidos que pueden ayudar. El especialista sugiere hacer que el niño escuche ruidos monótonos, como el de un motor, el aire acondicionado, un secador o una licuadora, los cuales le recuerdan los sonidos que escuchaba en el vientre. “Esos ruidos son las canciones  y  el arrullo que él tenía cuando estaba en el vientre. Tenía dos melodías, la voz de mamá y su ritmo cardíaco. Ese ritmo monótono puede ser utilizado para calmar al niño”, explica.

La hora pico

El espacio entre las 6:00 de la tarde y 11:00 de la noche suele ser crítico para las madres primerizas. “Es la hora de ver la novela, hay que amamantar al niño, hay que preparar la cena, hay que atender al esposo, es la hora en que se fue la luz, es la hora a la  que llega visita. Hay una atmósfera de tensión en la casa y mamá se comienza a impacientar con toda la tensión. Aunque lo alimenta y le saca los cólicos, el niño sigue llorando, porque  recibe esa energía negativa. En esa situación, la madre debe pedir relevo, pasárselo a otra persona; muchas veces, con ese cambio de energía el bebé comenzará a calmarse.

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