El libro de Claudio

El libro de Claudio

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
El primer libro de mi hermano Claudio Caamaño: «Caamaño, Guerra Civil 1965, tomo I» es un fascinante relato histórico que aclara, ilumina, relata, emociona, cuenta, analiza, informa, escudriña, desnuda, pica y hace roncha, explica y conduce al lector, paso por paso.

Claudio siempre anduvo con su más que primo hermano, Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien por su valor, su sentido estratégico, su conocimiento de la guerra y de los hombres se convirtió en el líder militar y político de la gesta más importante y luminosa de defensa de la Patria, la democracia y la libertad que vivió nuestro país en el siglo XX. El largo y bien sostenido relato de Claudio no permite pausas.

El lector entiende, ve, participa de una historia bien enhebrada que es la Historia, el resumen de la acción y la decisión de una generación que se quitó de encima el sambenito de cobardes que nos endilgaban a los dominicanos, por haber soportado la larga tiranía de Trujillo.

En sólo cuatro días, nuestra generación produjo la liberación de las fuerzas que violaron la Constitución de 1963 al derrocar al gobierno del Partido Revolucionario Dominicano presidido por Juan Bosch; participó en la guerra civil que provocaron las fuerzas negativas y retardatarias del militarismo, el clericalismo y el imperialismo y enfrentó a la soldadesca norteamericana que no pudo con nosotros; prueba de ello es que tenemos vivos a miles de combatientes de Abril.

Claudio cuenta los intríngulis de las situaciones más difíciles, con nombres y apellidos de los participantes, de los momentos en que fue preciso conjugar el equipo colgante con los conocimientos.

El vívido relato tiene aristas interesantes desde todos los puntos de vista. Se trata de un testigo de excepción, un protagonista de primera línea junto con varios miles de otros héroes y mártires de la Guerra de Abril de 1965.

Cuando llegó el momento de vivir la epopeya, nuestra generación produjo los héroes, los estrategas, improvisó artilleros y el «ni un paso atrás» se impuso a quienes desconocían que la motivación puede ser, y lo ha sido en muchas ocasiones, más importante que la calidad y cantidad de las armas que posea el enemigo. Con la finura de un cirujano verbal, Claudio relata, en un lenguaje común y entendible por todos, situaciones en las cuales sólo el amor a la Patria podía provocar la fuerza interior que requiere un pueblo para enfrentar aviones, tanques de guerra, carros de asaltos y bien entrenadas tropas de infantería con piedras, palos, pedazos de tubería de metal y la nobleza de corazones patrióticos que defendían su libertad y reproducían la acción histórica que enseñaron los hombres de la Restauración.

En la obra circulan, puestos de nuevo en escena, los patriotas, los traidores, los oportunistas, los humildes que constituyen el grueso de los ejércitos populares, quienes nada más quieren tener la libertad de disfrutar de la fresca brisa de la tarde sin que ninguna autoridad arbitraria atente contra sus derechos.

Algo más a destacar, en la brevedad del espacio, es cómo Claudio llama al pan pan y al vino vino. A todos los define con el calificativo que le corresponde, a quien es traidor, asesino, ladrón vende patria, genocida, lo trata así, con sus nombres y apellidos. ¿O acaso es justo que esos traidores reciban de la República honores que no conquistaron luchando a favor de la Patria? No. Lo que merecen es ser llamados y tratados como lo que son.

Esta noche se pone a circular la obra. La cita es esta noche en la Academia de la Historia, a las 8:00 de la noche. Allá nos vemos.

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