El libro del futuro ya ha nacido

<p>El libro del futuro ya ha nacido</p>

MANUEL MORA SERRANO
En el número correspondiente a febrero del presente año de la popular revista PC Magazine en español, dedicado a celebrar sus cinco lustros de existencia, además de la historia fascinante de cómo un grupo de empresarios visualizó lo que revolucionaría no sólo a una época sino a todas las actividades humanas como el fenómeno de la computadora, hay una noticia inquietante para mucha gente y esperanzadora para otras, nos referimos a la de los “e-books”.

Se trata del “Sony portable Reader System (PRS-500)” a quien el comentarista Dan Costa le asigna de excelencia tres puntos y medio de cinco posibles y cuya venta directa es de unos trescientos cincuenta dólares, lo que quiere decir que por ahora no estará al alcance de la mayoría. No hay demasiado detalles, pero la imaginación se desborda.

Es “un dispositivo elegante, delgado y muy legible para ver libros electrónicos”, agrega, con pantalla de seis pulgadas y resolución de 170 pixeles, que conserva una sola página que se cambia usando teclas con flechas y que utiliza la tecnología “E Ink”. No consume energía para mantener la página abierta y la empresa productora calcula que el Reader puede leer siete mil quinientas páginas sin recarga (Costa la tuvo en prueba una semana), porque no tiene luz de fondo sino que debe usarse con suficiente iluminación ambiental.

Hasta ahí los detalles más sobresalientes. Pero eso no es lo importante. Es que estamos frente a un hecho que va a revolucionar totalmente la cultura universal. Creo que los que como yo pensábamos que el libro tradicional no sería nunca sustituido por su manuabilidad, su fidelidad, ya que estaba siempre nuestra disposición queríamos y no precisaba energía accesoria, ahora ocurre que en este aparatito podremos tener no sólo un libro sino toda una biblioteca en nuestras manos y andar con ella. Adiós problemas de mudanzas y anaqueles y polillas.

Lo que viene ni ocupa espacio ni pesa como los volúmenes y los de la segunda o tercera generación que ya deben estar perfeccionándose en un campo como la electrónica que cambia a cada minuto y que produce tanto dinero y despierta tanto interés en la juventud, abruma imaginarlo.

Aunque no se explica la forma en que se alimentará el archivo del Reader, debe ser de la ya tradicional de bajar o cargar los demás existentes.

¿Hasta dónde esta tecnología de punta va a transformar la forma de producir cultura y de recibirla? Eso es lo que nos pone a fantasear. Lo que viene es de tal naturaleza alucinante que marea imaginarlo.

Nunca pensé en la defunción del libro impreso. Es temprano anunciarla porque no hay un cambio absoluto en cuanto a tipografía y manera de recibir la información en el prospecto que comentamos. Con las tecnologías actuales y las que se desarrollen en el futuro, se facilitará insertar imágenes, colores y sonidos (fotografías, videos, filmes, música) y hasta la lectura en las voces de lectores profesionales para ciegos y analfabetas.

Muchas cosas cambiarán. Habrá tiendas sin carcomas de aparatos electrónicos en vez de fastuosas librerías. Ignoramos dónde meteremos tantas impresoras, ni qué será de las bibliotecas tradicionales y de las editoriales, pero el futuro ya está llegando y el relevo está en camino.

Los que no somos jóvenes y amamos la palabra impresa en el papel, si nos hemos modernizado trabajando directamente en la PC, quizás no suframos tanto como los que aún redactan a mano y usan de la obsoleta maquilla de escribir. Lo sentimos por ellos, pero el mundo no se detendrá.

Antes de la imprenta estuvo reinando la piedra, duradera como ninguna otra materia; después la arcilla, menos confiable y luego el papiro que devino en papel y más tarde la imprenta que ha reinado durante cinco siglos, pero el asunto del espacio parece ser determinante. Borges veía el paraíso como una biblioteca. Ahora nos permiten imaginarlo como un cómodo aparatito manejable donde estará a nuestra disposición inmediata todo lo que el hombre ha escrito o pintado. La globalización tecnológica es un hecho irreversible. Vanguardia o muerte parece ser la divisa universal. El libro del futuro ya ha nacido aunque sea temprano hacerle el epitafio al hermoso monumento que el actual ha sido.

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