El liderazgo y recursos sostenibles

El liderazgo y recursos sostenibles

JOSÉ BATISTA
Además de la familia, el liderazgo es uno de los principales elementos para impulsar los recursos humanos sostenibles de una nación, ya que ellos dirigen las instituciones públicas y privadas que determinan el rumbo de un país. Los ejemplos de ellos sirven de referencia a la juventud que quiere descollar en la sociedad en que viven.

El poder referencial simbólico del liderazgo juega un papel de primer orden en la cultura de emprendimiento, necesaria para el futuro de la competitividad nacional. Es por eso que antes de entrar de lleno en cómo desarrollar los recursos sostenibles, es importante conocer qué lo puede impedir…

 

El Liderazgo y la máscara.

Hispanoamérica es pintoresca. Tiene agudo sentido del humor, y hace un chiste de su tragedia. Hispanoamérica es de colores, y dentro de esa amalgama, risa y tragedia. El carnaval es una especie de «ritual simbólico», gráfico en muchos de nuestros países, porque representa magistralmente cada una de esas facetas.

La máscara, elementos indispensables del carnaval, está ligada al origen de la región, como parte del conglomerado de pueblos civilizados. En el indio y en el africano, fue parte esencial de sus ritos.

La máscara daba sentido de identidad y poder a quien la usaba.

En muchos casos estaba reservada para celebraciones especiales, en las que quienes la llevaban eran reconocidos en ese instante, no necesariamente por lo que eran, sino por la personalidad de que ésta los investía. Todo el poder y la autoridad estaba en la máscara; utilizarla era el medio de poseer el poder.

La maña como elemento de poder político es la máscara que se utiliza para ser depositario del poder contenido en ella.

La política ha venido a ser algo así como un carnaval: pintoresca, trágica y de chiste, diríamos así como algo de embuste. Lo sabemos; pero como buenos hispanoamericanos sabemos también hacer chiste de nuestra desgracia.

Sabemos que la máscara está puesta, pero el sentido de realidad nos traiciona, porque hemos dado autenticidad a aquélla. Quienquiera que participe en política debe seguir el refrán: «A donde fueres, haz lo que vieres».

Creo, sin embargo, que es necesario analizar este fenómeno a la luz de tres elementos claves, porque es preciso anteponer la autenticidad a la máscara.

Porque lo cierto es que la lucha política, lejos de satisfacer la necesidad de los pueblos, ha hecho retroceder la esperanza de un futuro mejor.

Los tres elementos claves son: a) La maña como una máscara de poder; b) la democracia como la frustración de algo que aún no se ha vivido; y c) la moral como elemento necesario para sustituir la maña, a fin de crear un nuevo esquema socio-económico para Hispanoamérica, consecuente con la realidad de la región y su etapa de desarrollo desde el punto de vista del ser humano.

La realidad del momento requiere un liderato nuevo, y por eso al analizar los tres elementos previos, es necesario hacer referencia tanto a conceptos vitales que parecen haber guiado las premisas que dieron origen al liderato actual, como al impacto que esto ha tenido en la aspiración democrática de nuestro continente, y la real posibilidad del cambio.

Teniendo como punto de referencia lo antes expuesto, utilizaré los conceptos de Maquiavelo, a fin de determinar si la maña obedece a un esquema de poder contenido en sus postulados políticos, y nada mejor para ello que “El príncipe” comentado por Napoleón. Aunque no incluyo sus críticas al respecto, es interesantísima la forma en que el emperador analiza su trayectoria en comparación con los postulados y consejos de Maquiavelo, algo que de seguro han hecho muchos gobernantes. Continuará.

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