POR GERMAN MARTE
Definitivamente el limbo no existe.
Esa figura la inventó San Agustín para explicar una realidad teológica, pero no tenía ningún fundamento en la Fe.
Así de simple lo explicó el presidente de la Conferencia Episcopal Dominicana, monseñor Ramón De la Rosa Carpio, durante el Almuerzo Semanal de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio.
El arzobispo de Santiago dijo que en Teología, que es la etapa superior de la formación (religiosa) se tratan muchas cosas discutidas que son científicas.
Por ejemplo, un niño que se muere, ¿a dónde va? no se puede ir al cielo porque no está bautizado, y no se puede ir al infierno porque no era responsable ni culpable.
Ante esa disyuntiva, San Agustín hizo una hipótesis que llamó El Limbo.
Indicó que en teología se manejan muchas hipótesis, igual que en la ciencia, que hay hipótesis de reflexión, que no forman parte de la verdad.
Eso siempre yo sabía, que el limbo no era parte de la verdad de la Iglesia, dijo el religioso.
Sin embargo, esa hipótesis de San Agustín pasó a la catequesis, a la enseñanza normal de la gente, que no debió pasar.
El limbo, recalcó, no debió pasar a la catequesis, pero en la Iglesia siempre hemos sabido que esa es una hipótesis teológica, para dar una explicación a un hecho que tiene otras explicaciones.
LA GLORIA DE DIOS
La gente tiene la idea de que llegar a la gloria es ir al cielo y contemplar a Dios como un par de idiotas.
Entra eso, pero es algo más, subrayó el arzobispo.
Dijo que antes la gente reducía al cielo a una sola acción, que si bien es clave, no es lo único.
Imagínate los que gustan de la música, encontrarse con Beethoven allí.
Para entender al cielo, según De la Rosa Carpio, hay que imaginarse todo lo bueno que hay en la tierra y algo más (que no especificó). Dijo que a veces se piensa que el cielo es la negación de lo que hay en la tierra, pero no es así, sino que es un complemento.
Al Almuerzo de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio asistieron el empresario José Alfredo Corripio Alonso, el doctor Rafael Molina Morillo y José P. Monegro, director y subdirector de El Día, respectivamente.
También, Bienvenido Alvarez Vega, director ejecutivo de Hoy; Nelson Marrero, subdirector, y Luis Minier Montero, jefe redacción. Asimismo, Radhamés Gómez Pepín, director de El Nacional. El encuentro fue coordinado por Juan Bolívar Díaz.
Datos personales
Nació en la comunidad Los Ríos, en Higüey, el 19 de septiembre del 1939.
Ordenado sacerdote el 23 de enero del año 1965 a la edad de 25 años.
Nombrado Obispo Auxiliar de la Diócesis de Santo Domingo el 2 de diciembre de 1988.
Obispo Auxiliar de Santo Domingo en 1989.
El 25 de marzo del año 1995 e es nombrado Obispo de la Diócesis de la Altagracia.
Nombrado presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano en el 2002.
Fue nombrado secretario de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano en el año 2003.
Su entusiasmo es contagiante, su alegría, creciente, y su rostro transmite una gran dulzura.