Washington. La Asociación Nacional del Rifle (NRA), el mayor grupo de presión armamentístico de Estados Unidos, celebró este fin de semana su convención anual con mensajes contra sus críticos y convertido en una tribuna para políticos conservadores con ambiciones presidenciales.
Unos 70.000 curiosos, amantes de las armas, defensores de la desregulación extrema, políticos y líderes de opinión ultraconservadores confluyeron este fin de semana en Indianápolis bajo el lema “mantente y lucha” para presentar el derecho a poseer un arma como la base de todo patriota estadounidense.
El líder de la NRA, Wayne LaPierre, dio apertura a la convención el viernes con un ataque frontal contra los que piden algo más de control en el acceso a las armas, como el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que va a dedicar 50 millones de dólares para promover exámenes psicológicos y de antecedentes a compradores de un arma. La NRA aprovechó la estrategia de Bloomberg para lanzar una campaña de recaudación de fondos que “aplastará” a aquellos grupos que promueven mayores controles y se oponen a las propuestas de la organización, entre ellas que se permita portar armas en las escuelas, hospitales o aeropuertos. En 2012, la influyente NRA tuvo unos recursos de más de 256 millones de dólares, muy por encima de organizaciones opositoras como Violence Policy Center (822.000 dólares) o The Brady Center (3,8 millones).