El mágico encanto de la mujer criolla

El mágico encanto de la mujer criolla

En los años 80 y 90, Brasil impactó a los pueblos hermanos de América Latina con la exuberante belleza de la actriz Sonia Braga.

Símbolo sexual por excelencia de la mujer carioca, personificando en la pantalla chica cuerpo perfecto y rostro cautivante, la protagonista de “El beso de la mujer araña” y “Tieta de Agreste” logró fama en el continente con su despampanante figura.

Ya antes, en los sesenta y setenta también del pasado siglo, México, Estados Unidos y otras naciones hicieron suspirar a nuestras mujeres, con las imágenes que a través del cine, la televisión y el canto exhibieron Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía, Alfredo Sadel, Chucho Avellanet, Roberto Yanés, Tito Rodríguez, Fernando Valadez y las grandes luminarias de los éxitos cinematográficos de Hollywood.

Y si bien nuestro Porfirio Ruborosa conquistó en su época damas de la talla de Barbara Hudson, se le acreditó no solo a su bien dotado físico, sino a la bonanza económica que en su tiempo disfrutó y a su peculiar verbo.

Con tan distantes comparaciones me propongo resaltar la belleza de la mujer dominicana, frente a otras etnias.

Se ha destacado desde siempre la receptividad del dominicano, manifiesta en el trato amable que le brinda al visitante, y añado que el encanto y el carisma de la estampa femenina criolla no tienen parangón.

Es que, en nuestro caso, se entremezclan las razas que han dado origen al desarrollo del pueblo dominicano.

El surgimiento del mestizaje le han dado sello único.

Publicaciones Relacionadas