El mal de estómago

El mal de estómago

Existen numerosos órganos en el abdomen y el dolor puede originarse en cualquiera de ellos, desde el estómago, el esófago, el intestino, el hígado, la vesícula y el páncreas, hasta la arteria aorta, el apéndice o los riñones.

Incluso las molestias pueden provenir desde otra zona del organismo, como el tórax o la región pélvica o ser consecuencia de una infección generalizada como la gripe o faringitis por estreptococo. A menudo las denominadas gastralgias son difíciles de diagnosticar porque pueden obedecer a infinidad de causas, desde problemas digestivos o musculares hasta un ataque cardíaco o el cáncer, y pueden originarse en diferentes órganos, como los pulmones o el corazón. No obstante, la mayoría de los dolores abdominales, que se calcula que sufren una de cada cuatro personas en el mundo a lo largo de su vida, suelen relacionarse con una serie de trastornos digestivos, como las inflamaciones del estómago, los intestinos o el apéndice, la úlcera péptica, los excesos de comida o bebida, la acidez gástrica, o el Síndrome del Intestino Irritable, que ocasiona diarreas y estreñimiento. En la mayoría de los casos el dolor que se siente en el área abdominal, estomacal o ventral, situada entre el pecho y la ingle, no reviste gravedad, pero a veces es una señal de alarma que obliga a acudir al médico. Según los expertos si el dolor abdominal es leve, remite y no reaparece, no hay que darle mayor importancia, pero si es agudo, va a peor y no cede con el paso de las horas, hay que acudir al médico o a un centro sanitario, sin perder tiempo ni esperar a que se reduzca espontáneamente.

Actuar con urgencia
En estos casos urgentes, el dolor puede ser síntoma de un problema orgánico severo, como un retorcimiento de un asa intestinal, la perforación del estómago o una trombosis o coágulo en los vasos de la región digestiva.

Otro síntoma que hace aconsejable ir al médico sin dilación son los vómitos que acompañan a ciertos dolores abdominales y pueden relacionarse con una oclusión intestinal, un cólico biliar o una úlcera gastroduodenal.

Si el dolor es crónico, va y viene, desaparece y reaparece días después, también conviene acudir a la consulta médica para averiguar a que se debe.

Además de los trastornos más frecuentes, como la apendicitis, la gastroenteritis o la menstruación, existen otras causas de dolor abdominal, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la intolerancia a la lactosa.

 

El dato

Lo que debes saber…

-La mayoría de los dolores abdominales, que se calcula que sufren una de cada cuatro personas en el mundo a lo largo de su vida, suelen relacionarse con una serie de trastornos digestivos, como las inflamaciones del estómago, los intestinos o el apéndice, la úlcera péptica, los excesos de comida o bebida, la acidez gástrica, etc.

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