El mamón, sabroso y  aromático

El mamón, sabroso y  aromático

El mamón, familiar directo del anón, es una de esas frutas que escasamente se deja ver durante el año.  El mamón  se puede considerar como una fruta agraciada desde un punto de vista dietético y nutricional. Además, por su aroma, sabor y color blanco, nos invita a comerla. No necesita de ningún tratamiento culinario para disfrutarse, ya que se come al natural.

El mamón, Annona reticulata, es un fruto tropical  que se usa también para sombra. Muchos campesinos le dan un uso medicinal, haciendo un té de la cáscara para aliviar el dolor de cabeza.

Un consumo sano.  La mejor forma de comer mamón es consumiéndolo solo, ya que se trata de una fruta completa en sí misma desde el punto de vista digestivo; tiene efecto saciante y es regulador del nivel de glucosa en sangre, lo que hace posible no pasar hambre haciendo un desayuno, una merienda e incluso una cena comiendo sólo esta fruta.

No es recomendable tomarla de postre tras una comida copiosa, ya que se produce un efecto de reacción intestinal provocando gases y molestias que pueden resultar incómodas.

Su uso en la cocina. Es deliciosa como fruta fresca. Es fácil de consumir, basta con partirla por la mitad y comer su pulpa con una cucharilla. En caso de ofrecérsela a los niños, es necesario tener cuidado con las semillas.

Presenta un inconveniente: al contacto con el aire, la pulpa  se pone negra. Para evitarlo, debe rociarla con zumo de  limón. La debe consumir cuando esté completamente madura, que es cuando el color de la cáscara pasa de verde claro a rojizo. También se puede usar como materia prima para elaborar helados, batidos y mermeladas.

¿Cómo las conserva en casa? Esta fruta no se conserva durante mucho tiempo y requiere de una manipulación muy cuidadosa. Su piel es muy sensible al tacto y ennegrece fácilmente, aunque se puede consumir pese a que adquiera dicha coloración oscura y ceda ligeramente al presionarla.

Hay que evitar guardar el mamón  en la nevera, pues se interrumpe su maduración;  si quieren comerlo frío, póngalo en la nevera un rato  justo antes de su consumo.

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Valor nutricional

En pediatría tiene aplicaciones dietéticas (en forma de purés o zumos) debido a su contenido en minerales (calcio, fósforo, hierro), vitaminas (grupo B, C, A), proteínas y azúcares. Por ello es muy aconsejable en niños en época de crecimiento o en caso de enfermedades crónicas. Por su contenido en vitamina C, facilita la curación de numerosas enfermedades reumáticas, artríticas, digestivas (enteritis y gastritis), además de ejercer acción antioxidante y ser muy útil para combatir resfriados. Esta vitamina, a su vez, interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción de hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones.

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