El Mao de todos los tiempos reflejado en el Museo del Hombre

El Mao de todos los tiempos reflejado en el Museo del Hombre

POR ÁNGELA PEÑA
Es Mao de todos los tiempos, desde que se fundó, hace más de un siglo, hasta el presente. Por eso el recorrido por tantos años de gentes y de historia se convierte en remembranza y cátedra. Durante años, el doctor Héctor Brea Tió, cronista, genealogista y uno de los más apegados hijos de Valverde, se empeña en investigar el acontecer de su pueblo para llevar en imágenes lo que ha sido el desarrollo de ese municipio en una atractiva, original y variada exposición en la que están reflejados los más distinguidos y las más bellas, los progresistas y filántropos, los profesionales destacados pero también algunas figuras cuestionables y casi todos los personajes que se convirtieron en populares por sus locuras, ocurrencias, delirios, estampas y leyendas.

Es una iniciativa personal del reconocido psiquiatra en la que invierte su tiempo y sus propios recursos económicos y creativos para dar a conocer, desde el salón principal del Museo del Hombre Dominicano, a Mao y su cultura. La representación de los hijos de la localidad está patente en la leyenda de su pasado heroico, en fotos, recortes de periódicos, libros, revistas, inmensos óleos o litografías, antiguos retratos en blanco y negro, fotografías recientes a color o en piezas, como la inmensa cantidad de rosarios y crucifijos en honor a la patrona, que es la Santa Cruz.

Las obras de Marianela Jiménez, Campillo Suazo, Gisela, Carmen Madera, Maritza Taveras, Cheroki Guzmán, Leandro González, entre otros pintores maeños, imprimen el colorido a ese renglón. Le siguen las simpáticas fotos de los que ganaron fama por sus ocurrencias, tradiciones, hábitos o inspiraciones alucinantes: Bienvenido Gómez Núñez (Biencito), Félix Herrera (Felí, el vendedor de periódicos), Corina Rodríguez (incansable impulsora del palo encebao), Joselito Marrero Bonilla (el campanero), Maima Hiciano, León (en sus bodas), R. Simé (Ojo verde), Marrañao (limpiador del hospital presente en todos los velorios), El Eléctrico (recogedor de botellas), Mano (El lechón más feo), Seto (el loco del punte de Mao), Segueta, víctima del trujillato porque en una de sus locuras etílicas habló mal de Generalísimo.

Brea Tió recreó los carnavales con sus reinas y carrozas, y presenta en el rincón de los visionarios un gigante óleo de Ismael Reyes, el propietario de la más grande factoría de arroz que tuvo la comarca, con un nítido saco de la variedad Toño Brea, correspondiente a 1950. Están, en otro orden, la genealogía de las familias más conocidas y los nombres de los que han preservado las aves y las plantas en la Sociedad Ecológica.

Hay impresionantes fotos de damas de antaño, como las de Ceferina Calderón, que fue anfitriona de José Martí, Estaurafina Pichardo de Hadad, Dolores Román de Bogaert, Gena Bogaert, Octavia Espaillat, María Reyes Cabral viuda Madera, Julita Tió Cabrera a la que el maestro Juan Lockward compuso la canción «La india soberbia».

Deportistas, héroes

Entre los deportistas sobresalientes figuran Félix Fermín, Archivaldo Taveras, Ramón Marrero (Puicho), Pedro Borbón, Aquiles Peña, Félix Santana, Luis Disla (Pichirrí) e integrando el desfiles de los héroes y mártires se encuentran Desiderio Arias, el general Carlos Daniel, Francisco Leovigildo Madera, Manuel de Jesús Haddad Pichardo, Piculín Fondeur, Reyito de los Santos Reyes Díaz, Papito Ramírez, luchadores contra la dictadura de Trujillo, la ocupación yanqui, en la revolución de abril o en la guerrilla de 1963 que encabezó Manuel Aurelio Tavárez Justo.

El doctor Brea Tió localizó fotos y datos de las reiteradas visitas de Trujillo y de Balaguer a Mao, colocó funcionarios locales, llevó a pioneros en diferentes ejercicios, como el doctor Narciso Alberti, primer médico que tuvo Mao, aprovechando para incorporar a la muestra a los facultativos descollantes nativos de ese pueblo: Luis Pérez Espaillat, Rafael Rodríguez Colón, Martínez Vanderhorst, Arnaldo Espaillat Cabral, Manuel Madera Perozo, Arnulfo Reyes, Gabriel Imbert Pimentel, Rafael Taveras Reyes, Guarionex Flores Ortiz y el propio doctor Brea.

Hacendados y comerciantes, gobernadores, senadores, síndicos, reinas de belleza del lugar que trascendieron las fronteras y músicos y cantantes como Guarionex Aquino, Antonia Arté (Tontón), Luis Alberti, Otoniel Acevedo, Emilio Arté, Alcedo Espinal, Radhamés Reyes Alfau, Lucero Colón, adornan las paredes y completan el histórico montaje.

Entre las casas victorianas, los fundadores del Club Quisqueya, los álbumes centenarios, está el insigne educador Eugenio María de Hostos que, aunque puertorriqueño, inspiró a los maestros de Mao que implementaron allí su modelo pedagógico en la primera mitad del siglo XX: Leonidas Ricardo, Celia Cruz viuda Colón, Graciela Reyes Tineo, Jesús María Muñoz, Aura Luz Bueno, Julio Ernesto Concepción, Teresa Brea de Luna, Luis Luna Bisonó…

Como el de Hostos es de considerable tamaño el retrato pintado del obispo Tomás Abreu coronando el espacio dedicado a la evolución del catolicismo en Mao, y a continuación se aprecian munícipes notables: Rafael Madera (Don Feso), Jaime Tió, Pericles Reyes, Francisco Reyes (Pancho), Pelayo Tió Inoa, Efraín Reyes, Julio Estévez, Manuel Evertz Reyes, María Catalina Gómez, Etanislao Reyes García, Pedro Tió Llovet…

En las vitrinas se exhiben objetos que son testigos de ese acontecer y se muestran los libros de algunos escritores maeños bordeando la pluma fuente de oro del que fue el primer médico nativo de la comarca: Agustín Rodríguez Cabrera. Los ejemplares exhibidos son obra de Rafael Darío Herrera, Manuel Rodríguez Bonilla, Edwin Disla, Antonio Bonilla, Genaro Rodríguez Morel, Juan de Jesús Reyes, Nelson Rodríguez Martínez, Venecia Franco de Pichardo, Francisco Almonte, Víctor Melitón Rodríguez y otros.

El doctor Héctor Brea Tió fue director del hospital Ingeniero Luis L. Bogaert y presidente del Patronato del Instituto Oncológico así como profesor de fisiología de la extensión de la Universidad Autónoma de Santo Domingo en Mao. Graduado de médico en 1980, viajó a Venezuela donde trabajó en el Ministerio de Salud. Posteriormente hizo especialidad en psiquiatría. Fue también Director General de Prisiones, designado por la doctora Semíramis Olivo, maeña, entonces Procuradora General de la República.

Es autor de Mao y su gente, La familia Tió en el Caribe, La magia del bolero, Enuresis infantil e Índice de suicidio en Santo Domingo.

La exposición Mao-Valverde, Historia y Cultura permanecerá abierta todo el mes de diciembre.

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