El marido psicópata, alguien de quien hay que huir

El marido psicópata, alguien de quien hay que huir

Un monstruo vestido de señor. Alguien egocéntrico y manipulador que siempre busca ventajas y hace todo para conseguir lo que desea. En caso de no lograrlo, lastima, humilla y puede llegar hasta a matar. Así es el marido psicópata, un hombre que no siente compasión, admiración o respeto por su pareja… un ser con una prótesis en el espíritu.

De esta forma, por dura que pueda sonar, define el psiquiatra José Miguel Gómez a esos hombres que abusan emocional, física e incluso  económicamente de sus esposas, sus hijos y la misma sociedad. Y lo hace a través de las 151 páginas de su  libro “El marido psicópata, un monstruo vestido de señor”, que se presentará mañana a las 11:00 a.m. en la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD).

Advertencia.  Al hacer un retrato detallado de los tipos de psicópatas que hay y cómo se comportan, Gómez busca que las mujeres sean capaces de detectarlos para evitarlos y, si viven con uno de ellos, poder reconocerlo. Posteriormente, les invita a  salir del círculo de violencia y desconsuelo al que  ellos las someten.

“¿Qué hacer con el psicópata? Aprender a dejarlo, prepararse a no vivir con él, sino prepararse para abandonarlo sin regreso, sin mediaciones y sin sentimiento de culpa”, dice en el libro.

El mensaje que  Gómez lleva a las mujeres es claro: nadie merece el maltrato ni vivir sufriendo. Por ello, si una mujer está  deprimida y tiene sentimientos ambivalentes hacia su pareja (“es mal marido pero mantiene la casa”) es hora de buscar ayuda profesional.

Es en terapia, explica Gómez, que las mujeres logran recuperar su autoestima y su dignidad. También entiende que ese marido  que a veces es tierno, apacible y colaborador nunca cambiará ni dejará de ser  hostil y violento.

 “Los psicópatas viven en la miseria humana, en el vacío existencial”, resalta Gómez al  tiempo de agregar que  son personas incapaces de entregarse o de amar de forma oxigenada, con pasión y solidaridad.

Por eso Gómez insiste en que hay que dejarlos. Sólo así, dice,“tus sueños te pertenecen a ti y eres tu propia conquista asumida”.

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