El Marketing Personal: Zapata para el éxito y el legado (6 de 7)

El Marketing Personal: Zapata para el éxito y el legado (6 de 7)

La belleza física es relativa. En cuanto a la imagen física, debes entender que la belleza es relativa, no existe un criterio universal ni absoluto de lo que es bello.

No existe paradigma de belleza, ni tienes que parecerte a alguien en particular. Quiérete como eres. Como aconseja Walter Riso “puedes decidir tu propio concepto de lo bello. No es fácil, pero vale la pena intentarlo.”

Es muy importante, influye mucho en la confianza en sí mismo y en la empatía con los demás, el hecho de que tengamos una autoimagen que descanse en nuestro propio criterio de lo que es bello y estético. La empatía con las personas, el hecho de que nos acepten o nos rechacen, depende más de la naturaleza cálida, alegre, amable, inteligente, tierna, educada, sensible, graciosa y afectuosa que de la categoría “fea” o “linda”. 

Debes entender que el cuerpo perfecto no existe, y que el aspecto físico es solo un componente de tu autoimagen. En tu cuerpo hay partes que te gustan y partes que no te gustan. Entonces puedes magnificar la parte que te gusta y mantener lo menos visible posible la parte que no te gusta sin que se te perciba como un acomplejado. A veces, la parte que no te gusta, es atractiva para otras personas. Por tanto, es bueno conversar sobre esto con personas de confianza. En la medida que se dialoga, si hay un trauma, puedes desaparecer.

Sepa diferenciar su imagen interna de su imagen externa.

La imagen interna está conformada por la naturaleza del ser humano: sus principios, sus valores, sus creencias, sus habilidades y su comportamiento.

La imagen externa tiene que ver con los aspectos físico y visual de la persona –como se viste, como camina, como habla, como saluda, como mira y como sonríe-.

Busque coherencia entre imagen interior y exterior. El éxito personal de un político tiene que ver, como plantea Juanita Acevedo Seguracon la coherencia entre su imagen interior y su imagen exterior.

El éxito depende mucho de la coherencia entre lo que se predica y lo que se hace; entre lo que se piensa y lo que se siente; entre lo que se quiere demostrar y lo que se proyecta.

La imagen, como razona Eduardo Valiente “es el resumen de la percepción sobre varios temas” y se construye con mayor firmeza cuando se aparenta lo que en esencia se es. Cuando se logra esa coherencia y la imagen se mantiene por mucho tiempo, es que se convierte en reputación, y la persona se convierte en un patrimonio, paradigma, referente y legado para la humanidad.

Construya una imagen integral. La aspiración del liderazgo que busca el voto popular, el agrado y respeto de las personas, debe ser tener una imagen integral. Una imagen amplia y abarcadora de todos los ambientes de su vida que le concite admiración y respeto en el mayor universo social.

Cuando se tiene una imagen integral, entonces podemos acercar la imagen de la campaña a la imagen del producto. Teniendo siempre en cuenta el consejo de Eduardo Valiente de que “no es el candidato el que se adapta a la campaña, es la campaña la que se adapta al candidato”.

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