El más fuerte en el lugar preciso

El más fuerte en el lugar preciso

Pretensión en la eterna contienda entre los seres vivos.

Aspiración de todos los capitanes.

La premisa tiene reglas.

Como es natural, rotas cuando ha tenido que ser.

El mundo vegetal la practica con elocuencia, cuando permite la majestuosidad de los grandes árboles con sus copas en busca de la luz del sol. Son los más fuertes y están plantados en su sitio. De ahí su elástica elegancia y canto con el viento. Entre los peces y los animales salvajes solo el número de la presa mantiene el equilibrio ante la fiereza del depredador. El hombre, con su facultad de pensar y comunicarse, es la máxima expresión de la sentencia.

Para ser el más fuerte en el lugar preciso, es necesario primero que todo, tener la voluntad de competir por algo. No discuto lo justo o noble del motivo y mucho menos el carácter de la empresa. Me refiero en sentido general. Segundo: conocimiento exacto de la fuerza y su potencia. Tercero; tener el tino de escoger a conveniencia el lugar del encuentro. A eso debe sumarse inteligencia suficiente para engañar al enemigo.

Así las cosas, ambos bandos coincidirán en el tiempo y el espacio y si el fuerte es más listo, las palmas aplaudirán su hazaña.

Sucede a veces, que el más débil es mucho más audaz, previsor y reconoce la necesidad de suplir con ingenio su inferioridad numérica o potencial y recurre a la improvisación táctica que rompe el esquema estratégico. Que el espíritu de cuerpo de sus fuerzas tiene el fuego de Atenas. O que por el contrario, la masa de las fuerzas superiores, está corrompida por la ambición desmedida o el dolo inconsciente e indecente. El resultado del encuentro, contradice la ley de la experiencia y entonces el néctar de la victoria es miel de reina.

No hay que esforzarse mucho para extrapolar estas consideraciones al actual campo político dominicano.. La perspectiva la proyecta diariamente la pizarra gigante de los periódicos nacionales y la música ambiental la toca, la hilera interminable de programas de radio y televisión que la acompaña.

Que ninguno de los partidos políticos dominicanos Está Listo Para Gobernar el país, se acaba de demostrar con el trato que han dado a los damnificados de las recientes lluvias que inundaron las zonas más fértiles y productivas.

Llovió tanto, que los «compañeros», inundadas sus viviendas (algunas no eran casas, pero todas si habitaciones), tuvieron que abandonarlas y buscar refugio en lugares más altos. Y tanto llovió, que los «compañeritos», se vieron forzados a cargar sus hijos infantes y llevarlos a sitio seco para que no se ahogaran. Y cayó tanta agua, que los «compatriotas» afanaron a más no poder sin que pudieran, por salvar los trastos que le permiten vivir de modo tan precario a la orilla de los ríos, las cañadas y los arroyos, desbordados ahora por la furia de los elementos.

Para los partidos políticos, que reciben millones de pesos mensuales del erario público, es decir, dinero de esos infelices, pagados en impuestos indirectos y sin que se den cuenta (eso es casi robarles), fue como si nada pasara. Ningún partido ha tomado la iniciativa de salir en auxilio de los compañeros, compañeritos o compatriotas que lo perdieron todo y se mueren de hambre. Desarropados y desarrapados.

En cambio, el PRD, se prepara a quemar 20 millones de pesos en una bicéfala convención con presagios de tragedia.

El PLD, se refocila desacreditando al país en los foros internacionales y lustrando su des honor en la exhibición de su fundación Global hija del tráfico de influencias.

El PRSC se desangra en una lucha intestina sin objeto, en la que consume el dinero que ordeña al Estado y mucho más.

Mientras los «cerebros maestros» que pretenden dirigir la nación arden en busca de caminos para «llegar», «Los hijos de Sánchez», deliran por un vaso de agua incontaminada. Los mosquitos desovan millones de unidades, que en pocos días, infestados, volaran a desbastar sus indefensos cuerpitos.

Las bacterias salidas de las letrinas anegadas, llegarán a la boca de esos desvalidos y en un dos por tres los deshidratarán hasta la muerte

Ningún partido político ha intentado ayudar a sus «votos».

Y aún así quieren ser el más fuerte en el lugar preciso.

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