EL MÁS GRANDE Ali deleitó al mundo en mil formas

EL MÁS GRANDE Ali deleitó al mundo en mil formas

TIM DAHLBERG
Associated Press
Fue rápido de pies y manos, y también con la boca, un campeón del peso completo que prometió sorprender al mundo, y así lo hizo. Más que todo emocionó, incluso después, cuando pagó cara la acumulación de golpes y su voz era apenas un susurro.
Fue Muhammad Ali. Fue El Más Grande.
Ali falleció el viernes a los 74 años, informó su familia. Fue hospitalizado en el área de Phoenix con problemas respiratorios al inicio de la semana y sus hijos viajaron desde varios puntos de Estados Unidos para estar con él.
«Es un día triste para la vida, hombre. Amaba a Muhammad Ali, era mi amigo. Ali nunca morirá», declaró a The Associated Press el sábado por la madrugada Don King, quien promocionó algunas de las más grandes peleas de Ali. «Como Martin Luther King, su espíritu vivirá por siempre».
El funeral será el viernes en su ciudad natal de Louisville, Kentucky, y será abierto al público con homenajes de Bill Clinton, Billy Crystal y Bryan Gumbel.
Una de las hijas de Ali describió los últimos momentos de vida de Ali en una publicación en Instagram. Dijo que su corazón siguió latiendo durante unos 30 minutos después que todos sus otros órganos habían dejado de funcionar. Hana Ali indicó que la familia estaba alrededor de su padre, abrazándolo y besándolo, agarrándole las manos y entonando una oración musulmana, mientras su corazón seguía latiendo. «Nadie había visto algo así. Un verdadero ejemplo de la fuerza de su espíritu y voluntad», escribió.
«Conmocionó al mundo, y el mundo es mejor por eso. Descansa en paz, Campeón», escribió el presidente estadounidense Barack Obama.
Con un ingenio tan agudo como sus puñetazos, Ali dominó el boxeo durante dos decenios antes que el mal de Parkinson, causado por miles de golpes a la cabeza, destruyese su cuerpo, enmudeciese su voz y pusiese fin a su carrera en 1981.
Ganó y defendió su título pesado en combates épicos y escenarios exóticos, habló enérgicamente en favor de los negros y se negó a ser conscripto en el ejército durante la Guerra de Vietnam por sus convicciones musulmanas. Pese a su debilitante enfermedad, viajó por todo el mundo y encontró calurosas recepciones, incluso cuando su una vez poderosa voz fue reducida a un susurro y se vio limitado a comunicarse con un guiño o una sonrisa débil. «Fue el boxeador más grande de todos los tiempos, pero su carrera boxística es secundaria respecto a su contribución para el mundo», dijo el promotor Bob Arum a la AP. Fue reverenciado por millones en todo el mundo y vilipendiado por muchos más. Nunca se cansó de acuñar frases ingeniosas, como cuando se describió a sí mismo, con 1,90 metros y 95 kilogramos, diciendo «floto como una mariposa y pico como abeja».

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