El matrimonio evangélico

El matrimonio evangélico

En las discusiones que se realizan en estos momentos en el Congreso Nacional para la modificación de la Constitución de la República, el diputado Eugenio Cedeño propuso que se permitiera a las iglesias evangélicas el derecho a oficiar matrimonio, con arreglo a la ley.

La moción fue sometida en el mismo momento en que se discutían los artículos 44, 45 y 46, los cuales versan sobre la familia.

Los legisladores decidieron que la introducción de la propuesta de Cedeño fuera enviada a comisión.

Siempre que un proyecto de ley o articulado es enviado a comisión se produce su perfeccionamiento o su rechazo total.

A pesar de la presencia significativa que tiene la comunidad evangélica en la nación, existen pocas leyes, por no decir ninguna, que regulen y sostengan su accionar en la sociedad.

Siendo esta virtualmente la segunda religión más importante de los dominicanos, los congresistas deberían empezar a dar pasos en pro de ir reglamentando esta fe para que pueda contar con facultades por lo menos parecidas a la de una Iglesia Católica cuyas funciones y relaciones con el Estado son eficientemente regidas por el Concordato. En el país hay aproximadamente dos millones de dominicanos que profesan el protestantismo. Sin embargo, a nivel del Estado son pobres los elementos que  facilitan y viabilizan el ejercicio de esta devoción.

En lo que respecta al matrimonio, cada vez que un feligrés evangélico desea contraer matrimonio, el ministro de culto no puede satisfacer esa necesidad hasta que, primero, la pareja no comparece ante un oficial civil para, luego, regresar a la iglesia con el documento del Estado.

Tal como en Estados Unidos, sólo basta con que, previa recomendación de sus organizaciones, a los ministros de cultos se les expida una licencia especial para esto.

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