Los Ángeles. EFE. La confirmación de que dio a Michael Jackson el anestésico Propofol la noche antes de su muerte y una segunda redada efectuada ayer en sus propiedades convirtieron al médico del cantante, Conrad Murray, en el centro de una investigación por homicidio.
El médico fue interrogado como testigo en varias ocasiones por la policía, con quien se ha mostrado cooperativo según las autoridades, y aún no existe una acusación formal en su contra, si bien los agentes parecen tener sospechas de un posible comportamiento delictivo de Murray en relación a la muerte de Jackson.