La responsabilidad de la conservación ambiental y protección de los recursos naturales, no debe ser exclusividad de los organismos del Estado; se trata de una acción que corresponde a todos los ciudadanos, es un asunto de salubridad y supervivencia colectiva que en consecuencia atañe a todos por igual.
Las autoridades oficiales dictan las reglas y la política conveniente para hacer posible un efectivo programa de protección ambiental y conservación de los recursos naturales. Están obligadas a implantar las medidas tendentes a que se cumplan las disposiciones en ese sentido. Corresponde sin embargo a la colectividad crear conciencia de la gravedad del problema y tomar las acciones necesarias para impedir que el medio ambiente que nos rodea se convierta en secuela catastrófica para nuestro cotidiano vivir.
Ver cómo el empresariado se integra de manera efectiva a la lucha por conservar y ampliar nuestros recursos naturales, tiene que verse con beneplácito, porque infiere que dentro de ese importante núcleo existe la disposición de enfrentar un flagelo que invade y corroe nuestra estimable riqueza.
Por ello, felicitamos la iniciativa de Red Nacional de Apoyo Empresarial a la Protección Ambiental (RENAEPA), formada por más de setenta empresas y asociaciones empresariales, dispuestas a enfrentar el problema en abierta y franca cooperación con las autoridades del ramo. Las acciones emprendidas por este importante grupo, ya se están haciendo sentir. La coalición multisectorial para la conservación de la cuenca del río Higuamo en San Pedro de Macorís. La iniciativa de la protección y recuperación del río Haina, el programa educativo sobre medio ambiente y otras positivas acciones, llevadas a cabo por RENAEPA, hablan muy bien del rol que se ha impuesto esa entidad.