“Como los términos autonomía e independencia significan lo mismo, carece de sentido pretender modificar la Ley de Leyes para introducirle algo que ya existe. Constitucional y legalmente el Ministerio Público en República Dominicana es independiente”.

A no pocos ha sorprendido que un político rejugado como el expresidente Leonel Fernández, quien hace rato aprendió a decir lo que le conviene aunque sea todo lo contrario a lo que dijo en otro momento y circunstancia, no se haya dado cuenta todavía de que la sociedad dominicana cambió y que ya no es posible embobarla ni engatusarla con sus malabares retóricos, sobre todo cuando contradicen la realidad conocida y vivida.

¿O acaso piensa el expresidente Fernández que la gente en la calle no se da cuenta de que hay una distancia del cielo a la tierra entre la Procuradora General Miriam Germán y los dirigentes del PLD que ocuparon el cargo, que fueron de todo menos independientes y autónomos? Poner las cosas en el lugar que les corresponde ayuda a entender porqué el hoy presidente de La Fuerza del Pueblo se opone a que se modifique la Constitución para “blindar”, como dicen los juristas, la independencia del Ministerio Público, con lo que estaría afilando cuchillo para las gargantas de muchos de los peledeístas que lo acompañaron en la mudanza, a los que en algún momento puede tocarle el turno de sentarse en el banquillo. De todas maneras hay que decir que a pesar del “desubique” del exmandatario su mensaje llegó con absoluta claridad, lo que en el fondo los electores debemos agradecer: ni con él ni con su partido se puede contar para tener un Ministerio Público independiente, ni tampoco para continuar la lucha frontal contra la corrupción que la sociedad dominicana de hoy, hastiada de tanto latrocinio impune, aplaude y celebra.