El mercadeo de los candidatos

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LEO BEATO
En los EEUU. no se vota. En los EEUU se mercadean los candidatos a través de campañas publicitarias maestras. El que mas dinero tiene y cuenta con la publicidad mas agresiva es el que termina ganando. Tomemos el ejemplo del estado de la Florida donde el candidato republicano gobernador recibió $40 millones para despilfarrarlos en anuncios publicitarios. Se acusó al candidato demócrata de absentismo durante su estadía en Washington como Representante de la Florida.

Cada cinco minutos aparecía un anuncio denunciándolo. Este explicó públicamente que el anuncio era falso y probó con evidencias de calendario que había estado presente en La Cámara de Representantes el 96% de las veces. Sin embargo, los anuncios continuaron como si nada. En latín esto se conoce como “argumentum ad hominem” (argumentación en contra del individuo) no de su programa, Echa fama y acuéstate a dormir, como dice el refrán castellano. Se mantuvo el descrédito intensificando la campaña y usando el método publicitario conocido como “saturación ad nauseam”. Esto terminó minando el subconsciente de los votantes.

Decía Gebbels el director de propaganda de los nazis que una mentira repetida muchas veces en intervalos programados termina convirtiéndose en una verdad fulminante. Practicando ese principio Adolfo Hitler consiguió apoderarse de Alemania. Si a esto le añadimos el hecho de que en esta era electrónica en que vivimos las maquinas de votar las puede alterar un niño de nueve anos con un conocimiento digital básico, el color del problema se torna de castaño subido a oscuro profundo. Conozco a un maestro de primaria que al votar en el condado de Broward constató al revisar su votación que había votado por el candidato contrario (en este caso por el candidato republicano). En su inglés deficiente solicitó la intervención del supervisor del recinto. Este se excusó prometiéndole que iba a anular la maquina y lo condujo a otra para que votara de nuevo. Allí volvió a hacerlo y aparentemente todo salió satisfactoriamente. “Sin embargo”, me dijo al otro día, “conozco a varios compañeros a quienes les pasó lo mismo pero no se atrevieron a quejarse para que no los tacharan de ignorantes”. ¿Cuántos mas ciudadanos tuvieron la misma experiencia, sobre todo aquellos a quienes no se les ocurrió revisar su voto? ¿Cuántas máquinas electrónicas estaban deficientes? Esa es la pregunta obligada.

A pesar de la barrida de los demócratas en el resto del país, mas o menos parecida a la del PLD en Dominicana aunque no tan dramática, existe una constante: en los ocho estados considerados como “swing states” (estados indecisos donde la votación puede inclinarse por cualquier candidato). Allí la incidencia de maquinas electrónicas deficitarias ha sido mucho mayor que en los otros estados. ¡Que coincidencia mas rara! Estos estados son los siguientes: Mississippi, Ohio, Pensylvania, Montana, Rhode Island, Virginia y Arizona. A pesar de que al final Virginia y Montana se inclinaron por los demócratas, el hecho de esta sospechosa coincidencia no se puede descartar como antes había sucedido en Ohio y en Nuevo México dándole la presidencia a George W. Bush en el 2004. Esta vez se usó una táctica muy interesante conocida como “Rebocalling” (saturación telefónica), llamando a horas inoportunas usando el nombre del candidato para así antagonizar a los votantes. Estos terminaron disgustados por las llamadas o votando por el candidato contrario. Luego se descubrió que fueron los republicanos los que diseñaron la táctica. Además de esto, es un secreto estadístico axiomático que cuando existe mas de 1.5 de diferencia entre el recuento oficial de los votos y el número de votantes que se presentaron a las urnas (exit voting) se ha cometido un fraude. Esto sucedió en 2004 en New México y en Ohio como había antes sucedido en el 2000 en la Florida..

De ahora en adelante el ex presidente Jimmy Carter y su comitiva de observadores deberían concentrarse en su propio país en lugar de andar de trotamundos verificando que no haya fraude en las elecciones latinoamericanas. Aunque parezca inverosímil esta posibilidad se ha convertido en los EEUU en una probabilidad rampante. Aquí las elecciones son campañas publicitarias que pueden fácilmente prestarse para sutiles fraudes.. Sobre todo cuando se usa el sistema de la votación electrónica con maquinas a propósito deficitarias. Hay que aprender a curarse en salud.

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