El mercado financiero informal registra un gran crecimiento ante las dificultades de las micros y pequeñas empresas para tener acceso al crédito formal y la incapacidad del Consejo Nacional de Promoción y Apoyo a la Micro, Mediana y Pequeña Empresa (Promipyme) para llenar el vacío, advirtieron los directivos de la Confederación Dominicana de la Pequeña y Mediana Empresa (Codopyme).

Los directivos de la entidad afirmaron que la falta de incentivos para formalizarse, la complejidad del sistema tributario y el escaso acceso a financiamiento bancario empujan a las mipymes a depender cada vez más de prestamistas informales, con tasas semanales que pueden alcanzar hasta un 50%. “El hecho de formalizarse en este país es un pecado. Desde que una empresa obtiene su RNC, automáticamente empieza a pagar impuestos sin contar con un beneficio real. No hay incentivos para formalizarse, y eso explica por qué más de 400,000 micro y pequeñas industrias operan en la informalidad”, expresó el presidente de la entidad, Fernando Pinales.

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El pasado presidente de Codopyme, Issachart Burgos, destacó que ante la imposibilidad de acceder a créditos formales, el financiamiento informal ha tomado fuerza en los pueblos y barrios. Los llamados “saladarios” y los préstamos semanales de cobradores motorizados se han convertido en la única opción de subsistencia para muchos pequeños negocios, como salones de belleza o colmados.

“Una peluquera tiene que endeudarse semanalmente a tasas altísimas para poder comprar productos, lo que la obliga a atrasarse en sus pagos y a entrar en un ciclo de dependencia del préstamo informal”, relató Juanita Rodríguez, miembro del consejo directivo.

Explicó que este tipo de préstamos no solo afecta a los pequeños comerciantes, sino que termina repercutiendo en toda la cadena productiva. Muchos salones, colmados o pequeños talleres que se financian de manera informal luego se atrasan en sus pagos con los suplidores, generando un círculo de deudas que impacta directamente en la industria nacional.

Los directivos de Codopyme argumentaron que el sector industrial prácticamente no tuvo acceso a los fondos liberados por el Banco Central, por un monto de RD$81,000 millones. Mientras que el comercio sí logró beneficiarse, las industrias manufactureras quedaron excluidas.

Asimismo, denunció que aunque existe la ley de garantías mobiliarias, los bancos no aceptan maquinarias ni equipos como colaterales. “Los bancos prefieren prestar al comercio o a los servicios, pero no a la industria. Eso nos deja fuera de competencia, a pesar de que somos generadores de empleo y producción local”, resaltó.

El presidente de Codopyme insistió en que apoyar a las mipymes no es asunto de privilegio, sino de sostenibilidad económica y social. Refirió que representan más del 90% del tejido empresarial del país, aporta cerca del 32% del PIB y genera tres millones de empleos. “El gobierno debe decidir si de verdad quiere fortalecer la producción nacional, o si seguirá impulsando mecanismos que favorecen solo a unos pocos, dejando a la mayoría de los empresarios sin oportunidades”, destacó Pinales.