El «método de las cabañuelas» es
también víctima del cambio climático

El «método de las cabañuelas» es<BR>también víctima del cambio climático

VALLADOLID (España) (EFE).- La contaminación y el calentamiento global, a los que muchos expertos atribuyen el cambio climático, también se dejan notar en el tradicional método de previsión meteorológica de «las cabañuelas», que en agosto se encuentra en pleno apogeo para determinar qué tiempo hará en 2008.

   Muchas personas en España madrugan para observar cómo es el amanecer meteorológico del 2 al 25 de agosto y para tomar nota de cómo sopla el viento, del grado de humedad, de la forma en que sale el sol y otros muchos parámetros que, según sus teorías, vaticina cómo será el tiempo en cada uno de los meses del año venidero.

   Así lo piensa el «cabañuelista» Manuel Briz, representante en Castilla y León de la Asociación Cultural Española de Cabañuelas y Astrometeorología, que ha reflexionado en una entrevista con Efe sobre la desviación cercana al 30 por ciento sobre el acierto pleno que produce en sus previsiones el denominado «efecto invernadero».

   Briz recuerda que frente al casi total acierto y exactitud que tenían las predicciones meteorológicas de su padre y de su abuelo, ahora «ya no es tan fiable» como consecuencia de la variabilidad que producen la «contaminación y el calentamiento global de la atmósfera» que, en su opinión, condicionan sobre todo el modo en que se producen las precipitaciones.

   Actualmente, dice, sus predicciones suelen acertar «en el 70 por ciento» y los errores en el restante 30 por ciento se deben a que la previsión de fuertes lluvias durante un mes determinado puede convertirse en una lluvia fina, condicionada por el modo de condensación del agua y su mezcla con las partículas contaminantes.

   «Se nota mucho», resume Briz al referirse al cambio climático, y también reconoce que cada vez es más difícil predecir el tiempo con la exactitud que tenía su abuelo, capaz de anunciar incluso los días en que se produciría una fuerte nevada al año siguiente.

   Cuando era niño «todo lo veía como si fuera cosa de brujos» porque acertaban «siempre» y «no había la variabilidad que tenemos hoy».

   Acerca de las previsiones para 2008, Briz aún no se atreve a expresar con certeza muchos detalles sobre las lluvias, las nevadas, el frío o el calor que habrá el año próximo, aunque sí cree que enero y febrero pueden presentarse secos y con bajas temperaturas, según las anotaciones tomadas en la primera semana de agosto.

   Sin embargo, el experto «cabañuelista» explica que habrá que esperar hasta finales de mes para tener una previsión más ajustada, ya que el método prevé que si las anotaciones del 2 al 13 de agosto no son claras, es necesario realizar lo que denominan como «retorneras», que consiste en tomar de nuevo las mediciones entre el 14 y el 25 de agosto.

   La labor de «cabañuelista» implica salir al campo, madrugar y estar pendiente de los cambios que experimenta cada una de las jornadas.

   Fiel a la tradición de este modo de conocimiento meteorológico, que se pasa de padres a hijos, la pasión de Manuel Briz ha calado en su descendencia y uno de sus vástagos le ayuda ahora a realizar las mediciones y a darle un enfoque más tecnológico a la actividad.

   Su hijo ha introducido en un programa informático las mediciones y los resultados de las previsiones de los últimos treinta años, lo que ha permitido a Briz confirmar la pérdida de eficacia del método que achaca al calentamiento de la atmósfera.

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